Son 15.000 millones de euros adicionales los que el Gobierno necesita para cuadrar las cuentas. Es decir, para limitar el déficit público y poder llevar a cabo las políticas sociales. El que fuera ministro de Economía en la época de
Felipe González,
Carlos Solchaga, considera "muy difícil" conseguir esta cantidad, aunque matiza que el actual equipo económico va "en la buena dirección" cuando pretende adoptar medidas de este tipo.
Unas medidas que se siguen estudiando. Se piensa subir el IVA pero no en todos sus tramos. El superreducido, es decir, el que afecta a los productos básicos, no se tocará, compensando esta congelación con los referidos a artículos de consumo, los que se gravan el 7 y el 15%.
Donde parece que se están concentrando las posibilidades de subidas es en los impuestos especiales. El tabaco y el alcohol subirá, y el impuesto que grava los hidrocarburos, menos, pero también se estudia tocarlo. Menos, lógicamente por las consecuencias inflacionarias que tiene una subida de gasolinas y gasóleos y los perjuicios para algunos sectores profesionales, como los transportistas, agricultores y pescadores.
IRPF. Las rentas del Trabajo no se tocarán, pero las del capital subirán tanto los rendimientos del capital mobiliario, como los del inmobiliario y las plusvalías. Se estudia, asimismo, una reforma en profundidad de la tributación de las SICAV y de los grandes fondos de inversión. Eso sí, con ciertos matices sobre todo porque una medida de este calado puede afectar a los fondos de pensiones. Y ese ahorro,
Zapatero lo considera "intocable".
Lo que parece que se descarta, definitivamente, es el mantenimiento de la deducción de los 400 euros. Y en ese mismo sentido, el cheque bebé, los 2.500 euros de ayuda por nacimiento de hijo, se está revisando. Ello no quiere decir que se vaya a suprimir, pero sí puede llegar a limitarse.
Lo que nadie entiende, según fuentes de los grupos políticos que se han entrevistado, estos días, con
Salgado, es que, a falta de una semana escasa de que el proyecto de Presupuestos deba presentarse en el Congreso, todavía no se haya cerrado el capítulo de ingresos, es decir, las medidas fiscales necesarias para sacar adelante la política con la que Zapatero piensa sortear la recesión. Algunas de las medidas de las que se está hablando irritan a la izquierda parlamentaria y el resto de la oposición se pregunta cómo, en un momento como el actual, las riendas del Gobierno recaen en los vicepresidentes segundo y tercero. Zapatero está en Norteamérica, en la Cumbre del G-20 y la vicepresidenta segunda, encargada de la coordinación del Gabinete,
Maria Teresa Fernández de la Vega, se encuentra a medio camino entre la baja por y el reposo propio de la enfermedad que se le ha diagnosticado.