Este viernes la presidenta regional, Esperanza Aguirre, acompañada del alcalde de la capital, Alberto Ruiz Gallarón, y la consejera de Transportes, Elvira Rodríguez, se han montado en un autobús interurbano, que ha sido el encargado de romper la cinta inaugural del intercambiador de Plaza Elíptica. El primero en abrir sus puertas de los cuatro que componen el plan de intercambiadores, junto con los de Príncipe Pío, Moncloa y Plaza de Castilla.
La plaza de Fernández Ladreda verá cómo desaparecen en los próximos días los 2.000 autobuses que llegan a diario a Plaza Elíptica. Entrarán directamente al nuevo intercambiador gracias un túnel de 600 metros que conecta la infraestructura con la carretera de Toledo, la A-42. Además, según ha explicado la presidenta regional, el intercambiador está preparado para conectar con el carril de BUS-VAO comprometido por el Ministerio de Fomento, "si la ministra se decide a ponerlo en funcionamiento", ha señalado Aguirre.
Por su parte, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, ha recordado que Comunidad y Ayuntamiento "se pusieron de acuerdo hace cuatro años para acometer el plan de intercambiadores" y ha asegurado que Plaza Elíptica es una "entrada estratégica de la ciudad". Gallardón ha aprovechado el acto de inauguración para contar además una de sus propuestas para la próxima legislatura, un plan de 30 aparcamientos disuasorios en los principales accesos a la ciudad.
En intercambiador de Plaza Elíptica ha sido contruido en el plazo de 21 meses y ha costado 36 millones de euros. Cuenta con tres niveles, en los dos primeros se sitúan 10 dársenas en cada uno y el inferior conecta a los viajeros con las líneas 6 y 11 de Metro. En total llegarán al intercambiador 17 líneas de autobuses procedentes de Getafe, Parla y Leganés y 12 de la EMT. A las dársenas se accede desde un vestíbulo central climatizado, que Aguirre ha comparado con las salas de embarque de los aeropuertos.
Asimismo, Esperanza Aguirre ha destacado que el intercambiador está diseñado como los "maximos critierios de accesibilidad" y cuenta con caminos guiados para invidentes, ascensores y escaleras para personas con movilidad reducida e información con sistema Braille en cada dársena. Por otra parte, la presidenta ha dicho que "el intercambiador no sólo mejora la vida de los usuarios, sino de los vecinos del barrio porque se ha plantado un arboreto y se ha creado una senda botánica, así como zonas de ejercicio físico".