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El verdadero culpable del affarire Goirgolzarri y de la ruina de la Gran Vía

El verdadero culpable del affarire Goirgolzarri y de la ruina de la Gran Vía

viernes 02 de octubre de 2009, 11:16h
El pasado martes por la tarde, teníamos una ponencia en el Senado para estudiar la situación jurídica de las empresas españolas en América Latina. Uno de los comparecientes era el Director General para América del Sur del Banco Bilbao Vizcaya (BBVA), D. Vicente Rodero. Pero D. Vicente no vino al Senado y dejó plantados a los miembros de la ponencia compuesta por el PP, el PSOE, CIU, PNV y Grupo Mixto.

A todos nos sorprendió que el representante de un gran Banco nos dejara tirados, teniendo en cuenta que la mayoría había tenido que coger un avión para acudir a dicha reunión y por eso se le dio  credibilidad a uno de los presentes que dijo categórico que quizás ese feo se debía a que el Senado les había quitado la cuenta que tenían. "No creo -dijo otro. Un banco de esa envergadura no actúa con semejante carga de agresividad y de falta de cálculo, pues quedará constancia en el Diario de Sesiones su feo a una Institución".
 
Al día siguiente creímos entender el sucedido. El Sr. José Ignacio Goirigolzarri, ese día, acababa de dejar de ser su Consejero Delegado y esto había producido todo un terremoto en la casa, por su marcha, y, en la sociedad, por la millonaria pensión que cobraría el cesante. Tres millones de nada. Una cantidad exorbitante y escandalosa que conocida en época de crisis hacía buena la reflexión de un sindicato. "Que ahora el BBVA no nos venga a dar clases sobre el abaratamiento de las pensiones". Y tenían razón.

Pero el daño primigenio hay que buscarlo en un tal Emilio Ybarra, un hijo de Neguri que rompió con aquel consejo que se daban entre si los prebostes de las sagas oligárquicas. “El hijo listo para los negocios, el hijo tonto para la política”.

Lo  malo fue que en el caso de Emilio Ybarra se equivocaron. El hijo tonto lo mandaron al Banco y lo que estaba previsto ocurrió. Un mal día se fusionaron con Argentaria y lo hizo tan rematadamente mal acompañado en la operación por Pedro Luis Uriarte, que perdieron el Banco e Ybarra no acabó en la cárcel de puro milagro. Gracias a que tenía más de setenta años. Centremos pues nuestros ataques ante la pérdida vasca del pie bancario en Euzkadi no tanto en Francisco González, un exitoso bolsista que se quiere perpetuar, sino en la ineptitud de este hijo de una oligarquía que se decía vasca y perdió hasta los pantalones. No me extraña pues que cuando iba posteriormente a tomarse su vermouth en Los Tamarises, sus compañeros de urbanización le dieran la espalda. Un auténtico madero, que además trató de asegurarse él, y todo su equipo, unas jugosas pensiones en las Islas Jersey, uno de esos paraísos fiscales, que Obama trata de liquidar. Malos banqueros. Pésimos ciudadanos.

En una oportunidad Pedro Luis Uriarte nos invitó a comer con Don Emilio en el Banco. Fuimos los diputados a La Castellana, el día que se produjo un incendio en el Congreso. Pero el incendio nos lo causó Don Emilio. Salimos de allí desolados. "Este tipo, es más torpe que el rey, no sé cómo puede ser el presidente de esta institución”, nos dijimos. Pero lo era. Y por eso puso la gran torta.

Para colmo, se descubrió  que en Venezuela éste banco había financiado la campaña electoral de Hugo Chávez.  Y se le abrió otro proceso. Con esa falta de ética de querer estar a la vez con Dios y con el diablo, propició lo que ahora viven los venezolanos. Un sistema autoritario inaguantable mientras Don Emilio Ybarra juega al golf en Soto Grande.

Recordar también que Emilio Ibarra fue concejal franquista del ayuntamiento de Bilbao. Legitimador por tanto de una dictadura que persiguió de manera preferencial todo lo vasco y que cuando Berasategui entregó el cargo al elegido Jon Castañares en 1979, allí solo había deudas, ruina y ni una peseta en caja.

En los años ochenta las cosas estaban mal pero tenías una Gran Vía de Bilbao que era un emporio de riqueza. Empezabas con la Bolsa, llegabas a la Plaza Circular y estaba la Caja de Ahorros Vizcaína. Seguías y te encontrabas con el Banco Vizcaya y su potente departamento de exterior y de estudios. Enfrente tenías unas buenas regionales del Central y del Hispano. Seguías y estaba Iberduero echando chispas. Un poco más allá estaba el Banco Bilbao. Seguías y te encontrabas con la Caja Municipal de Bilbao. ¿Y que hay ahora?. Una sucursal del Corte Inglés. La arteria económica de Bilbao, de principios de siglo, murió. Y a los responsables de éste desaguisado les han hecho, en años anteriores, “Ilustres de Bilbao”. ¡Qué bien!.

En relación  con Goirigolzarri decir tan solo que nunca ha protestado públicamente por el desmantelamiento del Banco. Sabía cómo se iba desmontando la entidad yéndose éste a Madrid, pero jamás ha dicho nada ante la situación que estaba creando González, ni en sus discursos en las Asambleas Generales, ni en ningún otro sitio. Goirigolzarri, es un tipo que solo ha barrido para su casa y para su cuenta,  y por eso le pagan tan bien. Es además un personaje que jamás se le ha visto en ningún acto de reivindicación vasca, ni en favor del euskera, ni en favor de la paz, ni en nada de nada, por lo que bien ido está, aunque debería haber un sistema para evitar esta depredación pública ante un personaje que ha sido el legitimador de la fuga de un Banco nacido en un emprendedor Bilbao, a Madrid. Esta es pues la otra cara de la moneda de lo que se está diciendo en todas las tertulias porque mientras esto ocurre, Goirigolzarri sonríe con risa de conejo y se dice a sí mismo: "Ande mi cuenta caliente y ríase, la gente".

Una total y absoluta vergüenza. Pero toda esta historia tiene un responsable de cara a Euzkadi: Emilio Ybarra y su corte de ineptos de Neguri y de más cerca.
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