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Ayuntamiento endeudado

Ayuntamiento endeudado

lunes 05 de octubre de 2009, 14:42h
Miren ustedes por dónde. Yo soy de los que opinan, al cien por cien, como mi compañeros Fernando Jáuregui al que, este fin de semana, los queridos lectores de Diariocritico le han criticado sus argumentos en torno a lo sucedido en la candidatura olímpica de Madrid 2016. Y, también, estoy de acuerdo con muchos colegas que han criticado, de forma  contundente, al alcalde, político y no se cuantas cosas más Alberto Ruiz Gallardón. Porque la clave de todo, como siempre ocurre, está en la economía y de éso algo entiendo.

   "Es la economía estúpido", le dijo Bill Clinton a George Bush padre cuando éste dijo no entender cómo había perdido  las elecciones apelando al "orgullo norteamericano en la guerra de Irak". Es decir, apelando al sentimentalismo colectivo que siempre acaba por convertirse en la histeria,... también colectiva.

   Aquí mucho festejo, mucho apelar al sentimentalismo colectivo-que-acaba-en-histeria-colectiva por parte de Ruiz Gallardón, paradójicamente apoyado por sus adversarios políticos, los socialistas, (¿que habrá en la trastienda de este apoyo que huele un tanto extraño?), pero la realidad, como ha dicho otro colega , Jesús Cacho, es que tanto los políticos, como los sindicatos, (peronistas a decir de algunos y empezamos a llamar las cosas por su nombre),  y los medios de comunicación, se alejan, cada vez más, de la realidad social, de la sociedad. Maldita la gracia que nos hace gastarnos la poca pasta que tenemos en los caprichos megalómanos de algunos.

   Argumento escuchado  este viernes pasado en Madrid a la gente, cabreada porque Ruiz-Gallardón ha metido una nueva tasa, esta vez de basura, que supondrá rascarse el bolsillo entre 80 y 200 euros al año,  porque amenaza con subir el valor catastral de las viviendas (paradoja: justo cuando su valor real cae en picado), incluso con subir el IBI un veinte por ciento. ¿Y todo porqué?

   En la delirante huída hacia delante del Alcalde metido a ambicioso político,  a propósito de los juegos de 2016,  lo que no nos han querido contar, a la hora de dar explicaciones, es que Madrid es una de las ciudades mas endeudadas de Europa, camino de los ocho mil  millones de Euros, en un país que, el mismo día que optaba por organizar un fasto realmente caro, era advertido por el Fondo Monetario Internacional de que su déficit  superará el 10%  lo que repercutirá en el endeudamiento.

   En un país en el que se empieza a barajar la posibilidad de la quiebra, y se mira con lupa las advertencias de las agencias de calificación crediticia. En un país en el que nadie llega a final de mes, las ejecuciones hipotecarias aumentan en progresión aritmética, el consumo privado es cero, la confianza en la economía es nula,  se van a subir los impuestos hasta límites que van a cabrear al mas paciente,  y todos piensan cómo quitarse de en medio al político mas nefasto desde que entramos en democracia, un político llamado José Luís Rodriguez Zapatero que se cree Samuelson, Keynes, y, si me apuran, el mejor estadista del mundo mundial: "dejadme sólo que yo esto lo arreglo en un pis pas", ¡¡¡torero¡¡¡.

    Y con esos mimbres vamos a competir con un país como  Brasil, una economía que no hace falta ir muy lejos para saber cómo está. Pregunten en Repsol, por favor, que cada día descubre un nuevo yacimiento de petróleo y de gas frente a las costas del país que lidera, por cierto bastante acertadamente , un tal Lula,  un país a punto de ingresar en la OPEP, un país líder en materias primas, un país con la primera bolsa de valores, la de Sao Paulo,  latinoamericana y la cuarta del mundo en capitalización, un país invitado a pertenecer al G-20 por derecho propio, y no por presiones estratégicas como ha ocurrido "con otros", (no miro a nadie),  un país que ha sido capaz de sacar de la pobreza y llevar a la clase media a 21 millones de hogares.

   ¿Qué no tienen infraestructuras ni instalaciones? Tampoco las tenían en Barcelona cuando fue designada sede olímpica y miren ustedes. Todavía hay quien dice que han sido los mejores juegos jamás organizados, y han pasado, ya, cuatro acontecimientos mundiales  de este tipo.

    Competir con Río, con Brasil ,un país cada vez mas desprestigiado en la órbita mundial como es el nuestro, es como luchar contra  Goliat. Ni deuda con Latinoamérica ni maniobras entre bastidores.

   Lo mejor que podemos hacer ahora es pagar nuestras deudas, sacar a este país de la crisis, crear un modelo productivo que olvide la especulación, el ladrocinio  y la corrupción,  volver a generar una sociedad modélica a través de una educación eficiente, y no una sociedad crispada y salvaje en la que los conductores se llaman,día sí y día también, "gilipollas", recuperar las libertades sociales, cada vez en mayor retroceso, y volver a ser  respetados en el concierto internacional olvidándose de hacer el ridículo como hacemos ahora.

   Y sólo en esos momentos, estaremos preparados para volver a hacer unos juegos olímpicos. Mientras tanto, olvidemos viejas quimeras y dediquemos nuestros esfuerzos a levantarnos. Que demasiado caídos estamos.
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