Dice
Jordi Pujol en sus memorias que
Enrique Múgica Herzog, actual Defensor del Pueblo, le propuso sustituir al presidente
Suárez por un militar democrático. Se trataba de la famosa reunión de Gerona, en la que se habló de dar un giro a la situación provocada por la legalización del Partido Comunista.
Hoy, las circunstancias no son las mismas, pero se ha agravado considerablemente la situación política, económica y social, para hacer necesario, ya que no existe “
impeachment”, dar un golpe de estado civil. Por eso, invito a todas las Instituciones de la Sociedad Civil, a suscribir un Documento, que ponga negro sobre blanco, no sólo los problemas profundos que aquejan a España, sino también las soluciones, que muchas hay, y que pueden evitar la hecatombe a la que nos conduce el desmadre del Gobierno Socialista y la tímida respuesta de la Oposición, que no se muestra como auténtica alternativa, sino como más de lo mismo, enzarzados como están los políticos en guardar sus prerrogativas, y salvo alguna notable excepción, como es
Esperanza Aguirre, todo el mundo parece conformarse con su destino, y es que España pierde todo lo que avanzó en las últimas décadas, para retornar a la cola de los países del mundo.
Parece que el problema básico es el económico. Se ha terminado el verano con casi 80.000 parados más, y vamos camino de los 5 millones y pronto de los 6. La solución ha consistido en dar dinero a los Ayuntamientos para que arreglen las aceras, provocando un caos circulatorio, a la vez que un empleo precario y temporal.
El Fondo Monetario Internacional anuncia el fin de la recesión, pero España, con un -0’7 de PIB en 2009, y con un -3’8 en 2010, está claro que seguirá en recesión. Además, somos los únicos que seguimos en esa situación.
Si se hace caso al Ministerio de Trabajo, sólo hay 3’62 millones de parados, olvidando a los Autónomos, que no tienen de qué comer, y la mano de obra ilegal, que no tiene dónde acogerse, es decir, un 20’2% del total de la mano de obra útil. La peor tasa del mundo occidental.
El beneficio de las empresas no financieras ha caído un 37’4% hasta junio. A su vez, la morosidad en España será la mayor de Europa en créditos fallidos. ¡Qué se lo pregunten ya hoy a los empresarios! Y nadie paga.
Siendo, pues, muy importante el problema económico, que se resolvería con la política contraria a la que aplica el Gobierno, como ha propuesto
Jesús Banegas, presidente de AETIC:
- reducción del gasto público, al menos del 3%,
- eliminación del Impuesto de Actividades Económicas,
- reducción del Impuesto de Sociedades por debajo de la media de la UE, 15,
- rebaja de los costes de la Seguridad Social, y eso lo añado yo, abaratamiento del despido,
- despenalización fiscal de la reinversión de beneficios, incentivos fiscales a las inversiones TIC, libre amortización de las inversiones tecnológicas
Y si se produce esta propuesta es porque España no tiene otra salida que ser competitiva en tecnología, puesto que en mano de obra barata no podemos, además que habría que unificar el mercado de trabajo, de fijo e inmóvil a variable, y más precario. Ningún empresario despide a un trabajador que necesita.
La realidad es que no somos más pobres, sino que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades a través del aumento del endeudamiento exterior, y jugando a la Pirámide del Ladrillo, en vez de consolidar nuestro tejido productivo exportándolo. Más de 1 billón de euros debe ya España, y se lo ha gastado en consumo interno, y no en inversiones, al menos en su mayor parte.
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El segundo gran problema es la ordenación política. Es inaceptable que España sea una democracia de partidos, y que los partidos no sean demócratas. Su líder decide todo, acompañado de una escasa corte de turiferarios. Ello ha facilitado una corrupción generalizada, que ha alcanzado primero al PSOE, y luego al PP, pero también a los CIU, PNV, etc. La carrera de político se hace para alcanzar poder, control económico de ayuntamientos, diputaciones, Cajas de Ahorro, Autonomías y del propio Estado, para robar o dar a los amigos o al propio partido ingentes cantidades de dinero público, que han generado ya tantos escándalos que han aburrido al ciudadano, hasta parecerles normal. No menos importante que la corrupción es la MENTIRA. ¡Hay que ver el descaro con el que hoy dicen una cosa y al día siguiente la contraria, sin que nadie se asombre por ello, ni pidan cuentas por ello!
A su vez, y para evitar las consecuencias y para hacer política torticera, se han apropiado del poder Judicial, que se ha puesto a la orden de los partidos, sin la menor independencia, y que ya en múltiples casos: Rumasa, Estatut de Catalunya, Caso Gúrtel. Los fiscales dedicados a devorar al contrario en Baleares, Madrid o Canarias, y los Jueces venga a fallar a favor del poder, para que se puedan ir de rositas los responsables, que además crean leyes de blindaje de sus responsabilidades (Sanidad, caso de la gripe HINI), y tantos y tantos ejemplos, de hacer política por el sistema judicial, y no por el de la política directa.
El 3er. gran problema es la Educación.En primer lugar porque somos el país europeo, con Portugal, con mayor fracaso escolar. Nuestros alumnos de la ESO llegan a la Universidad como analfabetos funcionales, incapaces de hacer una triste redacción. En segundo lugar, porque, ¿para qué valores? El hedonismo, el disfrute de los placeres mundanos, el dinero, pero nada de sacrificios, esfuerzos o libertades individuales, solo y exclusivamente pasarlo bien, ¿para qué?, ¿hacia dónde?
España es hoy un país de funcionarios, del Estado, de las Autonomías, de los Partidos, de los Ayuntamientos, de los Sindicatos, de las Fundaciones. En fin, más vale ser mileurista que empresario. ¿Adónde vamos con semejante material humano? Y lo que es peor, los que no lo son, como si lo fueran. Ahí está el PER, las ayudas a los parados, los parados profesionales, la plebe romana, que no hace nada sino recibir “panem et circensis”, olvidando nuestro Estado que no hay ningún Imperio al que pedir recursos, para que los estómagos agradecidos reciban su condumio y voten en consecuencia.
En cuarto lugar, la ley electoral y la inutilidad del Congreso y del Senado, sobre todo este última, ¿para qué? Si con que fueran a votar los portavoces y contaran cuántos votos tienen, se habría acabado el problema, además de que 17 Parlamentos Autonómicos y uno nacional, se dedican a legislar para cualquier cosa, sin que ello tenga el más mínimo efecto sobre la sociedad, ya que el Corpus legislativo es más largo que la vida de Matusalén. Además de que no se por qué el voto de un señor de Soria debe ser más importante que el de uno de Madrid, o de Barcelona. Triste Ley D’Hondt, que nos ha traído a estos diputados, alejados de los problemas reales de sus circunscripciones.
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Finalmente, el Estado de las Autonomías, que ha multiplicado por 3 el número de funcionarios, ha creado mafias locales, que se han alimentado del poder económico por amiguismo y cercanía, y han conseguido que todo el mundo se vaya a Madrid, porque es el único lugar donde el ambiente no es irrespirable. 6’8 millones de habitantes ahora, 15 en 2025. La descentralización se ha transformado en la centralización más importante que la que hizo Napoleón en la Francia del XIX.
Finalmente, en lo Social, todas las leyes que salen, no paran el aborto, ni la violencia de género, ni la delincuencia, ni el terrorismo, ni el enfrentamiento judicial, ni el fraude fiscal. Por el contrario, todo lo delictivo crece en proporción geométrica.
Así que ya saben, habrá que dar un golpe de Estado civil, no se si apoyado por aquellas buenas personas que están en los partidos políticos, muy a su pesar, tapándose la nariz del tufo que desprenden, o deberíamos ser nosotros, la Sociedad civil que se debería levantar y proclamar el fin de este régimen, que nos lleva al precipicio. Pues es el régimen, y no un político, aquel, u otro, aunque yo señalaría al mayor responsable, pero el, a su vez, es sujeto de la historia, se ha encerrado en la Constitución de 1978, que pensada para la Concordia se ha transformado en el eje del mal, y la desgracia es que no tenemos, ni ejércitos ni armas, más que la palabra, para denunciar tanta prevaricación, corrupción e incapacidad para conducir este notable y gran país que es nuestra España.
El que quiera apuntarse a este golpe de Estado, “civil e incruento”, que lo diga, o que lo ponga en marcha. Yo, en la medida de mis fuerzas, lo secundaré, pues estoy ya harto y no aguanto más.
Bernardo Rabassa Asenjo
Sociólogo
Presidente del Club Liberal Español
Premio 1812 (2008)