Lamo de Espinosa y una visión de España

Recibo la siguiente muy amable carta de Jaime Lamo de Espinosa Abarca, que aclara un malentendido de mi parte sobre un artículo suyo, y que por la ausencia del último apellido creí debido a su admirado tío, el antiguo ministro de agricultura y buen amigo personal Jaime Lamo de Espinosa. Con mucho gusto recojo las indicaciones del sobrino del ex ministro centrista, y quiero aprovechar para felicitar a mi comunicante y verdadero autor del artículo comentado por su calidad y brillantez. Se ve que la saga familiar funciona. No me sorprende saber que el antiguo ministro tenga, como indica su sobrino, una visión más pesimista sobre España, sobre todo, si se piensa en la España actual. 

"Estimado Sr. Rodriguez,
Leo su comentario sobre el artículo del Sr. McCoy en el Confidencial, en el que me hizo amablemente un hueco para exponer las cosas buenas que creo tiene nuestro país. Usted se refiere al autor como el ex-Ministro de Agricultura, mi tio Jaime Lamo de Espinosa, mientras que el autor del artículo fui yo, su sobrino (hijo de su hermano Emilio Lamo). Entiendo la confusión que haya podido causar en mucha gente la autoría de ese artículo. Pero estoy aclarandolo pues aunque mi tío puede estar de acuerdo con algunas cosas que dije, tiene una visión más pesimista sobre España que la que yo expresé, quizás desde mi juventud. Por ello no quisiera que pusieran en boca de mi tio cosas que no ha dicho. De ahora en adelante intentaré diferenciarme de mi tio de alguna manera visible en la autoría de mis artículos.
Me alegro en cualquier caso de que le gustara el artículo.
Un cordial saludo, Jaime"

En cualquier caso, insisto en felicitar a Jaime Lamo de Espinosa, sobrino, por los contenidos de su artículo, tan espléndido que no pude evitar referirme a ellos, y por tanto animarle a que nos obsequie con nuevos artículos y no se sienta afectado en su legítimo optimismo. Comparto con él, aunque nos separe la edad, la convicción de que España es un gran país y un país excelente para vivir, realidad que no perece porque coyunturalmente padezcamos una situación tan manifiestamente mejorable de la dirección política, por lo demás democráticamente elegida y democráticamente cambiable. La confusión no me vino sólo por el apellido, sino porque la visión positiva de España que manifiesta el articulista es muy coherente con el espíritu siempre positivo, riguroso y optimista que recuerdo del brillante ingeniero y ex ministro.