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Barça 3 – Jet Lag 1

Barça 3 – Jet Lag 1

miércoles 16 de diciembre de 2009, 21:27h
Muy esperado era este primer encuentro del Mundialito para los chicos de Pep y, aunque al principio ha costado un poquito, el Barcelona ha sabido sacarlo adelante. Con todo el follón que se lió con el dichoso transporte aéreo, las primeras miradas y análisis han señalado directamente al posible cansancio con el que los jugadores blaugranas afrontarían el ‘partido trámite-traicionero’ de esta nueva versión de la Copa Intercontinental.

Llámenlo Jet Lag, llámenlo relax, llámenlo césped alto, o llámenlo Atlante… el Barça comenzó de la peor manera que se puede empezar un partido… recibiendo un gol tonto… o de listo (dependiendo del lado desde el que se mire).

Cuando sólo llevábamos 5 minutos y tras un pase largo del portero del Atlante, uno de los ‘pequeñitos’ (Rojas) del equipo azteca logró, tras resbalón de Márquez (sorprendentemente alineado de inicio) y vaselina a Valdés (en la que pudo hacer algo más), marcar el primer gol del partido.

El tanto desperezó levemente al ‘pep-team’ que no sacó los dientes hasta el minuto 35 en el que el joven Sergio Busquets logró aprovechar una buena cesión de cabeza de Yaya Touré para poner el empate en el marcador con el que ambos equipos se fueron al descanso y entonces llegó él. Llegó el que todos esperaban… ¿Messi?... también… pero yo me refiero a Pep.

Guardiola supo leer desde el principio un encuentro, a priori fácil y de puro trámite, pero que como todos sabemos son del tipo de encuentros que pueden romper a un equipo en mil pedazos para toda una temporada.

Desde el gol de Rojas, Pep no dejó de morderse el labio y las uñas, de mirar a Tito (Vilanoba), de salir y entrar del banquillo… en definitiva, no dejó de buscar la pieza clave, el golpe de efecto que necesitaba el choque.

Tras el gol de ‘little Busy’, es cierto que la cosa se calmó y muchos pensamos que pasaría algo así: el Barça marcaría el segundo, Messi descansaría, se sacaría a algún que otro canterano por hombres importantes para la final como Ibra, Iniesta o Xavi, etc. Pero no.

Pep hizo lo que nadie esperaba, sacar, tan sólo cinco minutos después de que el árbitro pitara el inicio de la segunda parte, a su estrella ‘tocada’ para resolver el partido. Algo que seguramente otro entrenador hubiera hecho a diez minutos del final (se me viene a la cabeza uno que dice que le pitarían en su campo si jugara como el Barça). 

Y es que si algo ha demostrado Guardiola desde que llegó a Can Barça es que no se arruga con nada y ante nadie. Pep es consciente de la importancia que este trofeo tiene para su club y no va a andarse con tonterías.

Ni que decir tiene que, con la salida de Messi (que puso el 2-1 en el marcador, a pase de Ibrahimovic), el Barcelona cambió la marcha y volvió a ser el mismo que todos conocemos. Xavi e Iniesta se reencontraron, Ibra y el ‘Pulga’ se desmelenaron y Pedrito hizo historia.

El canario logró el deseado gol, el tercero de la noche (tras una obra maestra de Iniesta). Un tanto que le hace ser el único jugador de la historia en haber conseguido marcar en seis competiciones de club en un mismo año. Como ven, la magia blaugrana sigue viva. Desde aquí, un consejo: no se perdieran la final del sábado.
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