La celebración de la fiesta de la Ashura, el más importante ritual religioso chiíta, ha propiciado que, por segundo día consecutivo, los seguidores de Musavi volvieran a manifestarse en Teherán y que se hayan recrudecido las protestas. Como resultado, al menos ocho personas han muerto durante los enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y manifestantes de la oposición que tuvieron lugar ayer domingo en Teherán, según informó este lunes el Consejo Supremo Nacional de Seguridad de la República Islámica, citado por la televisión estatal iraní.
Segúna varias páginas web pro reformistas, los choques entre policía y protestantes se habían ido extendiendo por diversas localidades del país, como Isfahán y Nayafabad. La televisión oficial iraní habla de cuatro muertos, mientras que los sitios de Internet "Nasimfarda", "Jaras" y "Rahesabz" elevan la cifra a ocho. No obstante, los datos oficiales hablaban de un total de ocho fallecidos. Eso sí, los medios internacionales, no han podido corroborar estos datos, ya que tienen prohibido por el régimen cubrir las manifestaciones de la oposición desde la disputada elección presidencial iraní en junio.
Disparos, gases lacrimógenos y enfrentamientos entre los manifestantes que cantaban 'muerte al dictador' y la policía han sido la tónica habitual de estos últimos días en Irán recrudeciendo la tensión del país. Los choques violentos ponen de relieve el aumento de la tensión en la República Islámica seis meses después de que una disputada elección presidencial lanzó al país al productor de petróleo al caos y expuso divisiones dentro del sistema político y clerical.
El jefe de la Policía de Teherán, Azizulah Rajabzadeh, ha reconocido que las calles Enguelab y Azadi, en el centro de la capital, fueron el principal escenario de las manifestaciones y que en los disturbios hubo heridos tanto entre efectivos de la policía como entre los manifestantes. Además, afirmó que se practicaron varias detenciones, aunque no precisó el número.