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Mediante la certificación de los productos de alimentación y turismo

La Cámara impulsa la marca España en el mercado islámico

miércoles 25 de abril de 2007, 14:28h
La industria agroalimentaria, de distribución y turística española tienen en el mercado islámico una oportunidad inmensa de aumentar su negocio, hasta ahora incipiente. Para conseguirlo, sólo tienen que salvar la desconfianza que provoca entre los 1.500 millones de seguidores de Mahoma la posibilidad de que los productos de alimentación contengan carne de cerdo o sus derivados (fundamentalmente, manteca, grasas y gelatinas) y bebidas alcohólicas.
Por otra parte, la adaptación de los restaurantes y hoteles a las costumbres y hábitos de estos clientes es un factor determinante para que los turistas islámicos se decidan a visitar España. En lo que se refiere al turismo, el principal escollo es la falta de alojamientos que tomen precauciones en sus servicios de restauración y cuenten con instalaciones adecuadas para la oración y la práctica de abluciones. Así se ha puesto de manifiesto en la jornada informativa “La Certificación Halal: requisito de exportación para el mercado islámico internacional”, que ha celebrado la Cámara Oficial de Comercio e Industria de Madrid, en colaboración con el Instituto Halal de la Junta Islámica de España.

La certificación de los productos de alimentación y turísticos según las normas de las Ley islámica se revela como una garantía para promocionar y comercializar los productos de alimentación y turísticos españoles entre la cuarta parte de los consumidores del mundo. Según un estudio de Nielsen España, al 64 por ciento de los 4,14 millones de inmigrantes que residen en nuestro país le gustan “mucho o bastante” los platos de la cocina tradicional española, lo que repercute favorablemente en la comercialización de los productos españoles.

El problema a salvar, como explicó durante la jornada la directora general del Instituto Halal, Isabel Romero Arias, no es sólo la diferencia en las artes del sacrificio de la cabaña vacuna, ovina, bovina y aviar, sino la presencia de ingredientes ocultos en muchos productos, incluso básicos. Entre ellos, destacó que los laboratorios de este organismo han detectado la presencia de gelatinas de cerdo en muchas marcas de leche, yogures, helados y zumos. Romero puso como ejemplo de empresas que cumplen los requisitos Halal a Central Lechera Asturiana y la gallega Feiraco Lácteos.  Estas dos industrias, subrayó, garantizan la ausencia de este tipo de ingredientes.

Al igual que estas empresas lácteas, otras 71 compañías han decidido ya certificar sus productos con destino a países árabes o con población de confesión islámica. Entre ellas, numerosos mataderos, empresas de despiece y fabricantes de embutidos, como el Grupo Coren, Covap, Sada y Mercabarna. Pero también se han sumado al proceso de certificación Halal fabricantes de especias, aditivos y complementos, de aceite de oliva, de caramelos y de dulces tradicionales, harinas, cafés y solubles, de pescado e incluso de cordero asado.

Aumentan las exportaciones a los países árabes
Aunque a los consumidores islámicos les gustan los productos y servicios españoles, apenas acceden a ellos. De hecho, las exportaciones de España al conjunto de los países árabes sólo representan el 4,3 por ciento del total, según los últimos datos disponibles del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, correspondientes a 2005. Los principales destinatarios de los productos españoles son Marruecos, Argelia, Emiratos Árabes y Túnez.

No obstante, el interés por este mercado es creciente, pues en el período 2000-2005 las exportaciones españolas a los países árabes aumentaron un 46 por ciento. Los expertos que se reunieron en la jornada coincidieron en señalar que, aunque entre España y los países árabes existe un vínculo de vecindad y de raíces históricas comunes, dichos lazos no tienen su reflejo correspondiente en los flujos de inversión que se generan.

El Instituto Halal propone a los hoteles y establecimientos turísticos interesados en el amplio mercado islámico que adapten sus instalaciones para conseguir la acreditación Halal. Y es que el consumidor islámico exige cada vez más garantías de calidad. De ahí el avance demostrado en los productos de alimentación certificados con la marca Halal; un mercado que ha pasado a suponer 580.000 millones de dólares en el mundo.

Al mercado potencial de exportación para las empresas españolas hay que sumar el de los propios inmigrantes musulmanes en España. Cabe destacar que el principal grupo de extranjeros empadronados en España son marroquíes, que suponen el 7,4 por ciento de los 4,14 millones de inmigrantes residentes (suman 563.012 magrebíes, según datos del INE). La consultora Carmen Ramos Valverde, de Nielsen España, expuso las conclusiones de una  investigación sobre los hábitos de consumo y alimentación de la población inmigrante en España.

Esta investigación muestra que dos terceras partes de los entrevistados manifestaron su aprecio por la cocina española, éstos destinan a la alimentación y bebidas la mayor partida de su presupuesto familiar (el 20,4 por ciento del total), que sólo supera el pago de deudas (el 28,3 por ciento de su presupuesto). Además, el 44 por ciento de los encuestados afirmaron su preferencia por la paella, seguida por la tortilla de patatas (14 por ciento). En cambio, les cuesta más aceptar el sabor del aceite de oliva, que sólo mencionan el 3 por ciento de ellos.
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