Pólvora en las calles de Madrid

No hace tanto tiempo que para ver un crimen te tenías que ir al cine a seguir las peripecias de don Vito Corleone y familia. Hasta en eso ha cambiado Madrid que ha pasado un fin de semana metido en sangre y pólvora.
En apenas cuarenta y ocho horas roban en una peletería de Fuenlabrada, disparan a un joven en Usera y asesinan a un detective cuyo cadáver aparece en un descampado junto a La Castellana. Demasiadas coincidencias como para no pensar que Madrid es la pequeña Bogotá del crimen organizado.

Tenemos en nuestras calles a lo peor de la delincuencia, (nacional e internacional), y vértigo da pensar cuánta gente estaría dispuesta a matarnos tras aceptar el encargo por un módico precio. La inseguridad cuando da la cara de manera tan drástica se llama terror.
Y parece que ninguno de los candidatos a la alcaldía, o a la Comunidad, lleven en sus programas un plan para erradicar a las mafias de Madrid. De eso no se habla porque es un tema que les incomoda a todos, por lo tanto pacto de llevarnos bien.

El ciudadano perplejo les quedaría tan agradecido si devuelven las armas a las pantallas de cine y dejan las calles libres para que podamos circular, atascarnos e incluso perdernos que es una actividad con notable encanto.
O eso, o que pongan el carril solo mafias para que no nos miren mal tras las ventanillas tintadas de sus coches cargados de potencia, (con más caballos que una carrera en La Zarzuela).