¿Qué pasó en el Consejo europeo extraordinario?

Todavía algunos confunden el diferente rol de las instituciones europeas, confusión acrecentada porque ahora, como siempre, es más notorio y también más visual el papel del Consejo Europeo que el del Consejo. Entendámonos, el Consejo Europeo es la reunión de Jefes de Estado y de Gobierno y lo preside Herman Van Rompuy y el Consejo no es sino el Consejo de las formaciones de Ministros que preside este semestre España con el Presidente Rodríguez Zapatero a la cabeza y los correspondientes Ministros al frente de cada una de las formaciones, salvo Política Exterior y Economía y Finanzas. España ha tenido que aceptar que la Presidencia estable del Consejo Europeo ocupase su papel relevante y por tanto protagonista por mucho que todavía haya quienes no le reconozcan a Van Rompuy su efectivo y eficaz protagonismo. Para ello, y como muestra basta un botón, el Consejo Europeo que se celebró el pasado jueves 11 de febrero y en el que actuó como Presidente por primera vez Van Rompuy, este tuvo un papel decisivo ante el conjunto de Jefes de Estado y de Gobierno. Ni que decir que en la foto del acuerdo decisivo no estaba el Presidente del Consejo en turno semestral, Rodríguez Zapatero y aunque alguien lo presenta como una ausencia que simboliza su relativo o escaso papel en aquella reunión esto no es así, porque pese a quien opinaba que la Presidencia española del Consejo era planetaria, el único planetario en un Consejo europeo en todo caso será su Presidente permanente. Dicho esto, de lo que ya se han dado cuenta algunos, porque Van Rompuy desde el primer minuto lo tiene claro hay que volver a afirmar que nuevamente ha dado muestras de ser un hombre extremadamente hábil y sin duda el mejor mediador que han encontrado los Jefes de Estado de la Unión que para eso le han elegido. Cabe ahora preguntarse en que situación se encuentra la Unión tras el Consejo extraordinario del 11 de febrero.

Le 'arrebató' la foto

Por lo que respecta a la Presidencia española del Consejo, volveremos a recordar que esta nació descafeinada no sólo porque el Presidente permanente del Consejo surgido del Tratado de Lisboa iba a limitar los protagonismos quizá innecesarios del Presidente del Consejo en turno semestral arrebatándole por ejemplo el papel predominante en las Cumbres -fotos incluidas- y desde luego en los propios Consejos europeos, sino también porque no ha habido ejecutivo europeo hasta hace apenas hace unos días (Decisión del Consejo europeo del 9 de febrero por la que la nueva Comisión empezó su ejercicio el 9 de febrero de 2010 y lo concluirá el 31 de octubre de 2014, por cierto solo hay un Presidente, Durao Barroso, pero también solo hay una Vicepresidente que es la Baronesa Catherine Ashton). La falta de un ejecutivo ha venido impidiendo que la Comisión ejerciera su capacidad de iniciativa y por lo tanto el Consejo quedaba a la espera de que hubiera una Comisión en el pleno ejercicio de sus funciones.

Dejado a un lado el tema del Consejo y de la Presidencia española semestral cuyo papel es el que es, y no mas pero tampoco menos y cuyas Cumbres informales pueden cumplir un meritorio estimulo para la maduración de las decisiones planteadas sobre temas que ya están en marcha – a veces no sabemos apreciar que la Unión europea es un continium que avanza día a día por el seguimiento de sus objetivos- cabe preguntarse sobre la situación en la que se encuentra la Unión y cuales son los horizontes inmediatos. A este respecto volvemos a recordar el importante transito que se viene sufriendo como consecuencia de la entrada en vigor del nuevo Tratado de Lisboa y la puesta en marcha de sus novedades institucionales y de políticas publicas volviendo a señalar el protagonismo del Presidente europeo- porque no llamarlo ya así y porque no asumir que para los europeos es importante saber como se llama el Presidente de la Unión europea del mismo modo que sabemos como se llaman el Presidente de los Estados Unidos. Yo soy de los que piensan que el protagonismo del Herman Van Rompuy es y será histórico. Y es en ese contexto en el que debemos evaluar la celebración del Consejo Europeo extraordinario de 11 de febrero de 2010, Consejo que algunos dicen que nació tras la convocatoria simpática del Presidente Zapatero cuando reunió a algunas personalidades para debatir sobre la crisis económica, reunión sin mas efecto que la imagen, aunque nosotros apreciemos siempre los Consejos que puede dar una personalidad tan eminente como Jacques Delors o el propio Felipe González, pero mas desde luego en el orden político y social que en el orden económico, a pesar de que como es bien sabido Delors que fue Ministro de Finanzas de Francia es el cerebro de la Unión Monetaria. Dejando al lado la discutida cita del Presidente en funciones del Consejo todos lo ojos estaban pendientes de la importante e inesperada convocatoria del Consejo Europeo extraordinario del 11 de febrero, una reunión nacida para tratar de la crisis pero que acabó centrándose precisamente en la estabilidad de la Unión Monetaria, es decir, en abordar la crisis del euro en el contexto de la actual crisis económica. Así lo refieren las Conclusiones cuando el comienzo de la Declaración de este Consejo europeo de 11 de febrero de 2010, señala textualmente “todos los miembros de la zona euro deben llevar a cabo políticas nacionales en línea con las normas acordadas. Todos tienen una responsabilidad compartida por la estabilidad financiera y económica de la zona” y prosigue líneas después “los Estados miembros de la zona euro tomaran medidas determinadas y coordinadas si fuera necesario para salvaguardar la estabilidad financiera en la zona euro en su conjunto”. A buen entendedor, Gobierno español incluido, pocas palabras bastan. Pero incluso para llegar a tan razonables y elementales conclusiones ajenas al yo gobierno a mi capricho, o yo gobierno según mi ideología, o yo  tomo las medidas que me parece, ha sido necesario que Van Rompuy se esforzara en su papel de Presidente y así se dice que hubo de convocar una reunión de urgencia con los cinco grandes protagonistas – Merkel (Alemania), Sarkozy (Francia), Papandreu (Grecia), Trichet (BCE) y Barroso (Comisión) para lograr un documento que diera a entender que hay un acuerdo en general en defensa de la zona euro que supone en algún modo la ayuda o el rescate de los países en dificultades y concretamente de Grecia  cuyos problemas presupuestarios y enorme déficit publico y por tanto limitada capacidad de pago la hacen peligrosamente débil para la zona euro. De momento es manifiesta la voluntad de los países mas poderosos de la Unión – Alemania y Francia- para ayudar a Grecia, pero la Unión europea ha dicho bien claro que el Gobierno de Grecia debe “adoptar medidas adicionales con rigor y determinación para reducir efectivamente el déficit presupuestario en cuatro puntos porcentuales en el 2010” y el Consejo europeo ha marcado fechas para este proceso, las recomendaciones que haga el 16 de febrero el Consejo Ecofin y la primera evaluación que se hará en el Consejo europeo ordinario de marzo de 2010. Por tanto la crisis económica obligará a tomar importantes decisiones como el reforzamiento de la Gobernación económica de la eurozona e incluso, se piensa, la creación de un Fondo Monetario Europeo. Parece una anécdota sin mayor interés la buena voluntad del Presidente del Consejo Rodríguez Zapatero cuando insistía en decir que España colaboraría en la solución de la crisis griega mientras como se ha señalado no estaba presente en la foto del acuerdo previo que sería sin mas aceptado en el Consejo, mas importante es entender que la solidaridad de los grandes países europeos pueda extenderse a su propio país que al día de hoy presenta grandes debilidades y que como acaba de reconocer el ex-ministro Pedro Solbes aunque es incorrecta la comparación de España con Grecia esta claro que Espala, Portugal y Grecia son menos competitivos y lo que es peor la enorme tasa de paro que dobla a la de la Unión va a seguir siendo elevada “ y lo seguirá siendo mas si las medidas que se están adoptando no se ponen en marcha”. Lo cierto es que el Consejo europeo extraordinario ha reafirmado la decisión de caminar hacia una mayor coordinación y un mayor control que permita defender a los Estados de sus errores y dejarlos en descubierto ante la voracidad de los mercados y de la especulación y ante la evidente crisis de algunos países europeos como mínimo calificados de “negligentes”. El encuentro del Consejo europeo de Bruselas celebrado en la biblioteca Solvay de Bruselas demostró que, en todo caso, manda quien manda, y en temas de eurozona los que mandan son Merkel, Sarkozy, Trichet y Van Rompuy.