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Un rostro, mil historias

Un rostro, mil historias

lunes 30 de abril de 2007, 10:31h
Una exposición fotográfica trata de plasmar la vida cotidiana de los colectivos de inmigrantes en Madrid. La comunidad china, ecuatorianos, polacos y rumanos, magrebíes, latinoamericanos y subsaharianos son los rostros protagonistas.
Las historias de Jeannette, Mustafá, Alex o Jaovad son las protagonistas de la muestra que acoge la sala de exposiciones del Canal de Isabel II. Historias y rostros anónimos que plasman el fenómeno de la inmigración a través de la vida cotidiana de cada uno de los personajes que afloran en las más de 200 fotografías que componen la exposición.

Carl de Keyzer, Susan Meiselas y Donovan Wylie, de la agencia Magnum Photos y los fotógrafos españoles Matías Costa, Cristina García Rodero y Carlos Sanva, han sido los encargados de inmortalizar estas instantáneas a lo largo de cuatro semanas de intenso trabajo.

"Cada fotógrafo ha tenido plena libertad para realizar su trabajo, para elegir a quién captar con sus cámaras", explicó el comisario de la exposición, Chema Conesa. Una tarea que comenzó con la elección de los diferentes colectivos que representarían el fenómeno de la inmigración.

La comunidad latinoamericana, en especial la ecuatoriana, ciudadanos del África subsahariana, el colectivo chino y magrebí y el nuevo fenómeno protagonizado por la llegada a España de ciudadanos procedentes del este de Europa, fueron los elegidos "atendiendo a su influencia y presencia en Madrid".

"La idea era la de construir un poco la fisionomía de una ciudad que está cambiando tan radicalmente ante este fenómeno, como es la ciudad de Madrid", explicó Conesa.

Un retrato, mil historias


Aunque la idea originaria de la exposición fue la de mostrar el hecho del movimiento migratorio desde una perspectiva general, el trabajo personal de cada fotógrafo fue dejando "historias personales, gente que te conmueve o que te hace reír y te deja su particular historia".

"No hemos intentado hacer nada extraño, hemos intentado retratar el fenómeno como lo que es, un hecho absolutamente normal", afirmó el comisario responsable de la muestra. Para reflejar esa normalidad los responsables acudieron a la cotidianeidad de las vidas de los protagonistas que se "desarrollan en una ciudad como un ciudadano más".

Así, a través de las más de 200 instantáneas se puede observar los diferentes ritos espirituales que los subsaharianos llevan a cabo, la celebración del Día de Colombia en las calles de Madrid, una boda entre dos personas de origen chino o los rezos de los magrebíes en sus mezquitas. desde el pasado 25 de abril y hasta el próximo 27 de mayo.

Una aportación relevante


El recorrido concluye bajo una cúpula blanca de la que cuelgan fotografías y que encierra un espacio para la reflexión. Conclusiones a las que Conesa llega rápidamente, "hay que ver la inmigración como un hecho que modifica la fisionomía de una ciudad, pero también agradecerlo. Influyen positivamente en el Producto Interior Bruto, producen una cantidad de gasto y actividad económica tremenda y rejuvenecen a la población", argumentó.

Por último, el responsable de la muestra hizo mención a la historia que dio pie al trabajo de Carlos Sanva, uno de los fotógrafos. La instantánea recoge a un chico de color en la consulta del dentista y la imagen de su cuerpo tumbado provoca "un paralelismo por la iconografía que nos asocia a ciudadanos subsaharianos varados en una playa española. El hecho normal es que este chico está siendo atendido sanitariamente", concluyó.
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