miércoles 03 de marzo de 2010, 19:48h
Desde hace tiempo he venido reclamando la unidad de todos los partidos políticos en busca de una salida a la crisis, una especie de reedición de los "Pactos de la Moncloa" de Suárez, que pusiera fin al calvario que sufren cuatro millones y medio de españoles, de ellos más de un millón de andaluces, en la cola del paro. Ello no quiere decir que esté de acuerdo con lo que está proponiendo el Gobierno de Zapatero que no es sino acordar algún que otro parche para salir del paso como si su política nada tuviera que ver con el desastre económico español. Para "vender la moto" han llegado hasta utilizar la figura del Rey, que se ha prestado a unas maniobras en las que el Jefe del Estado no debería entrar. La postura intransigente del PP me parece lógica. Si Zapatero quiere algún pacto, afirman, que renuncie a continuar con una política de subida de impuestos y recorte gastos de representación.
Y es que, ahora, parece que todos tenemos la culpa de la crisis. Y, como decía Ortega, "no es eso, no es eso". Es verdad que han sido muchos los españolitos que se han entrampado con hipotecas y, gracias al dinero fácil, se han creído nuevos ricos dilapidando sus escasos ahorros en gastos supérfluos y totalmente prescindibles durante el tiempo de bonanza económica, pero no es menos cierto que el Gobierno, junto a la Banca y las constructoras, esas del "pelotazo", han fomentado una política de derroche que ahora estamos pagando todos. Si el Gobierno de Zapatero hubiese renunciado a muchas de las medidas "captavotos" tomadas cuando la crisis era ya una realidad y ellos la negaban, si se hubiesen tomado medidas de retricción del gasto público, otro gallo nos cantaría en estos momentos y hasta es posible que viéramos el final del tunel y los famosos brotes verdes tantas veces anunciados.
La cruda realidad es que el paro continúa aumentando, la deuda pública van a tener que terminan de pagarla nuestros nietos y el déficit del Estado pone en peligro un sistema de protección social, y no son sólo las pensiones, sino también el subsidio de desempleo o la propia educación y sanidad pública que puede acabar en manos privadas. El Estado que van a dejar los socialistas si el PP consigue ganar las elecciones del 2012 sí que no lo va a conocer ni la madre que lo parió, como dijo en su momento Alfonso Guerra. Nos encaminamos a marchas forzadas hacia el precipicio de la privatización de los servicios públicos, hacia el modelo estadounidense en el que el ciudadano tiene que pagarse desde la pensión a la Sanidad pasando por el Colegio y la Universidad.
Por ello, cabría preguntarse: Un pacto ¿para qué? El pozo es ya tan profundo que no valen los salvavidas de la oposición para rescatar a un país al que se le ha dejado morir por inacción. No sé yo si el PP podrá arreglar ésto. Lo dudo. Lo que sí tengo muy claro es que dos años más de gobierno de Rodríguez Zapatero pueden llevarnos a los españoles al suicidio colectivo. Vamos, ni Charles Manson, aquel que mató a la esposa de Polanski, Sharon Tate, y que proponía el suicidio de la secta en busca del cielo, lo tenía tan claro. Así que sólo vale pedirle al Papa, ahora que viene a Santiago de Compostela, aquello de "que Dios nos coja confesaos".