“Que ETA sepa que la movilización de las Fuerzas francesas de Seguridad será total y sin piedad”. Es una de las frases de la semana que termina, pronunciada ayer por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, cuando visitaba a la viuda y a los hijos del policía galo asesinado por los etarras en las cercanías de París, y que anunció penas de 30 años de cárcel para los terroristas.
El gobierno español se ha unido al luto de esa familia francesa que ha perdido a su padre por la vileza de los etarras. La situación es complicada ante la opinión pública francesa: hay corrientes de opinión que señalan que allá los españoles con sus problemas, y que no quieren ser contagiados por la banda del hacha y de la serpiente, que hasta ahora nunca habían atentado contra un policía galo. Sin embargo, Sarkozy ha dado unos pasos impensables en otros tiempos y con otros inquilinos en el Elíseo, entendiendo la amenaza terrorista como propia, y que Francia ya no es un santuario ni una guarida sino otro país amenazado por los mismos perros con los mismos collares.
El próximo martes el presidente Zapatero, acompañado por el ministro del Interior, Pérez Rubalcaba, acudirá a los funerales por el policía francés asesinado. Allí estará también, naturalmente, el presidente de la República, Nicolas Sarkozy…Esperemos que también acuda a este acto algún representante de la Casa Real española: a fin de cuentas, tanto Sarkozy como don Juan Carlos son homólogos, son dos jefes de Estado, y de dos países fronterizos y con una historia y una cultura comunes que se cimientan en la noche de los tiempos. Hay que hacer todo lo posible para que el pueblo francés sienta la gratitud del pueblo español por su colaboración contra los etarras, y hay que ahuyentar los fantasmas de que, en lugar de procurar una solución, les hemos metido en un lío innecesario, que hasta ha costado la vida a un gendarme francés, padre de cuatro hijos.
Por lo demás, este día de San José es festivo en más de la mitad de las comunidades autónomas de España, pero es especialmente festivo para Luis Roldán, el prófugo que protagonizó uno de los grandes escándalos de la democracia española. Los millones que desvió de fondos públicos en beneficio propio no han aparecido, pero esta mañana firmará, en Zaragoza, su libertad definitiva. Hoy termina, en fin, el periplo carcelario de quien abusó de modo ignominioso de la confianza que en él depositó Felipe González, y quien se burló de la honradez de decenas de miles de guardias civiles que estaban a sus órdenes. Alguien podrá pensar que si robas una gallina eres un pobre delincuente, pero que si te lo montas bien con los dineros públicos…al final sales por la puerta grande… ¡Ay, España, España de las contradicciones, España de nuestros amores y de nuestros dolores.
Si (
No(
