La agencia de calificación Fitch ha rebajado en un peldaño la calidad de la deuda de Portugal a largo plazo de 'AA' a 'AA-' por su elevado déficit, y la ha situado en perspectiva negativa, lo que supone que es más probable que lo vuelva a bajar que los suba. A la espera de confirmar si la reducción de la nota complicará su financiación en cuanto el BCE limite las facilidades al crédito, “los mercados anticipan una revisión de la deuda española y el endurecimiento de las condiciones de financiación de los países con más riesgo”, explican fuentes financieras.
“España tiene que afrontar el vencimiento de bonos en julio por importe de 20.000 millones de euros, que es necesario refinanciar y la primera implicación es que los costes de financiación exterior se están incrementando día a día”, señala
Félix López. El debate sobre los costes de la deuda soberana han vuelto a aparecer con fuerza, porque la indefinición a la hora de ayudar a Grecia no ha hecho más que certificar su incapacidad para acudir a los mercados en busca de financiación.
España, peor que Europa
En este contexto, los inversores se han resignado a contar con un peor comportamiento relativo de la bolsa española seguirá que el del resto de Europa, “porque se ha invertido claramente la tendencia, con diferenciales de hasta el diez por ciento”, apunta el directivo de Atlas Capital.
Francisco López, Analista de X Trade Brokers recuerda que la tendencia cambió a partir del jueves como consecuencia, otra vez, de los problemas presupuestarios de Grecia y las posibles ayudas. “A ello se sumaron los crecientes rumores sobre el incremento de la tasa de descuento de la Reserva Federal (FED) a los bancos, que no gusta al mercado, ya que lo ve como un claro gesto de endurecimiento de la política monetaria en estados Unidos que podría lastrar el ritmo de recuperación de la principal economía a nivel mundial”. Y coincide en señalar que el mercado está a la espera de alcanzar alguna solución concreta respecto a Grecia un repunte del euro y “del resto de monedas consideradas arriesgadas”.En el caso del país luso, la razón que ha esgrimido Fitch para recortar la nota de la deuda soberana del país es la situación de sus finanzas públicas. Portugal cerró 2009 con un déficit del 8,3% y, al igual que Grecia o España, se ha visto obligado a aprobar un duro plan de austeridad para devolver sus números rojos por debajo del límite del 3%. Sin embargo, aunque considera que el plan es "creíble", la agencia duda de que la subida de impuestos a las rentas altas y la congelación de los sueldos públicos, entre otras medidas, aprobadas por el Gobierno luso sean suficiente para lograr sus objetivos durante los dos próximos años ante la persistencia del deterioro económico. Sobre todo entre 2012 y 2013, para cuando augura "decepciones macroeconómicas". Por este motivo, deja abierta la puerta a nuevos descensos en su rating en este periodo. "Si esto se consigue, la deuda pública con respecto al PIB se situará en el 90% en 2013", advierten.
Y es que en la retina de los inversores persiste la amenaza de finales del pasado año, cuando la rebaja de la nota de la calidad crediticia de Grecia al borde del nivel de bonos basura (BBB+) ante la posibilidad de un impago en su deuda originó la primera crisis de la eurozona, que aún no se ha solucionado.