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El lugar histórico de Obama

miércoles 31 de marzo de 2010, 02:36h

Desde que Obama asumió la presidencia de Estados Unidos se le pueden contabilizar tres grandes triunfos. El primero está relacionado a la economía. En un año y dos meses de su administración logró que el Congreso aprobara sus paquetes de rescate económico: de bancos, industria automotriz, incentivos fiscales y creación de empleos. Trece meses de gestión le han servido para que la economía se recupere poco a poco. Algunos bancos han regresado los fondos que el gobierno usó para rescatarlos y además se crearon poco más de dos millones de empleos en el primer año del programa.

El segundo triunfo fue lograr la aprobación de Sonia Sotomayor como juez de la Suprema Corte de Justicia. La llegada de la primera mujer latina al máximo tribunal significó no un reconocimiento importante a dos minorías del país y mostró el poder de negociación del Presidente ante el Senado que cuestionó la llegada de una abogada liberal a un tribunal que en los últimos años había decidido de forma conservadora.

El triunfo más importante es la aprobación de la Reforma al Sistema de Salud. La firma que el Presidente imprimió sobre la iniciativa aprobada por ambas cámaras del congreso le dio la oportunidad de una foto histórica: la promulgación de la legislación social más importante de los últimos 40 años. Obama ya empezó a entregar el cambio prometido en su campaña. También logró lo que en 70 años de intentos desde el legislativo y el ejecutivo no se había conseguido.

La nueva ley que reforma el sistema de salud le imprime una fuerza reanimada a la presidencia de Obama y al Partido Demócrata. Por un lado, el Presidente demuestra tener control de la formulación de política pública y de la toma de decisiones nacional. Por otro lado, los demócratas mostraron su potencia como grupo político al aprobar por primera vez, una legislación sin un solo voto republicano y demostrar que el único objetivo de éste último partido era bloquear cualquier iniciativa del Presidente.

Es importante notar que hubo factores que resultaron imprescindibles para llegar a este triunfo político; que la ley adoptada no es la ideal y que este triunfo legislativo tendrá sus costos políticos. En este sentido es fundamental hacer varias precisiones sobre lo publicado por Antonio Navalón el viernes pasado en EL UNIVERSAL.

En primer lugar, Obama no impuso la iniciativa. La reforma adoptada es una propuesta del Presidente estadounidense desde su campaña. Es una reforma muy distinta a la que el ejecutivo quería y propuso al Congreso. Finalmente, sus intentos para que la reforma fuera adoptada con un apoyo bipartidista fueron múltiples, desde su llamada personal al representante republicano Anh Cao de Lousiana hasta la invitación a los congresistas de ambos partidos a la Casa Blanca para buscar un compromiso entre partidos y entre cámaras. Es cierto que la iniciativa se convirtió en ley sin el ansiado compromiso y gracias a trucos procedimentales y pactos dentro del partido demócrata, mismos que no son nuevos y que los republicanos utilizan con frecuencia. El presidente manejó el sistema como un profesional. Una buena parte de este triunfo pertenece a la Vocera de la Casa de Representantes, Nancy Pelosi, que logró tres votos más de los 216 que se requerían y que hoy se perfila como la política más poderosa de la nación del norte.

El segundo punto que me gustaría aclarar sobre los argumentos de Navalón se refiere a las provisiones de la ley. Efectivamente, la ley no provee un sistema de salud universal, pero eso era claro desde el principio del proceso. La ley versa sobre el acceso de los habitantes a los servicios que las aseguradoras proveen a los ciudadanos con respecto a gastos médicos. Hubo momentos en los que se habló de una opción pública que significaría un servicio de este tipo administrado desde el gobierno. Pero, el plan fue rechazado en ambas cámaras del congreso. La ley adoptada proveerá de acceso a estos seguros a 32 millones de personas que ahora no cuentan con dicha opción, y eso ya es un avance.

La ley obliga a tener un seguro de gastos médicos. Los empleadores que no lo provean a sus trabajadores y los ciudadanos que no lo adquieran serán sujetos a multas. Los seguros no podrán discriminar a los clientes. Y, el gobierno ayudará a los grupos vulnerables con subsidios. Otra aclaración es que antes de la legislación ya existían programas de salud para los pobres y las personas mayores. Esta ley trata de arreglar problemas de acceso y funcionamiento de estos programas. Se estima que a partir de la reforma estarán cubiertas 6 millones de personas de la tercera edad más que antes.

La Oficina de Presupuesto del Congreso de EU proyectó un costo de 2010 a 2019 de 788 millones de dólares, sin embargo también proyectó que el déficit fiscal se reducirá en este mismo periodo en 143 millones de dólares. Lo que esta legislación pretende es detener el crecimiento en los costos. Las compañías de seguros y farmacéuticas ayudaron a Obama a darle argumentos a los que se oponían a la reforma. Desde que la iniciativa fue introducida en el congreso, algunas compañías, aumentaron el costo de las primas desde un 13% hasta un 30%, el mismo año en que hubo deflación relacionada con la crisis económica. Los precios de medicamentos de la mayoría de las farmacéuticas también crecieron, desde un 5% hasta un 18%. La nueva ley afectará las ganancias de las aseguradoras, pero no acabará con ellas: como resultado de la legislación, 24 millones de personas más les pagarán una prima.

Las implicaciones de la ley se verán más a fondo a partir del año 2014, cuando la mayoría de las provisiones de la reforma entren en vigor. Por lo tanto, es posible que los demócratas sean más castigados que de costumbre el próximo noviembre en las elecciones dado que los electores no verán sus beneficios inmediatamente. La Ley de Reconciliación de Salud y Educación hace más que proveer un buen morir. Otras provisiones de la ley impiden que las aseguradoras limiten estudios preventivos y tratamientos para enfermedades degenerativas. Lo más importante es que es una política redistributiva. Los que más tienen pagarán más tasación, por el otro lado, los que menos tienen recibirán subsidios para el acceso a la salud.

Obama no encontró un simple salvavidas, se ha ganado un lugar en la historia de la política social de Estados Unidos. Tal vez las que encontraron un salvavidas son las legislaciones pendientes, la propuesta de reforma energética y cambio climático que sólo falta que sea aprobada en el Senado y que será fundamental para el triunfo de las negociones multilaterales en Cancún a finales de este año y Johannesburgo el año que entra. Y por el otro lado, la tan anunciada reforma migratoria, que es probable que sea introducida hasta después de noviembre.


Directora ejecutiva, Centro de Estudios y Programas Interamericanos, ITAM

Opinión extraída del Periódico El Universal 30/03/10

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