Lo que vale es la imagen

Cuando estalla la guerra, la propaganda acaba con la verdad. Es lo mismo que aquello de que una mentira repetida mil veces acaba pareciendo una verdad. O lo que le escuché a un catedrático de Ciencias la Información: “No es necesario que una noticia sea verdad; lo que importa es que parezca verosímil”. Visto todo el lío de las listas de Batasuna, ¿quién puede afirmar que el Gobierno no está llevando las cosas a donde le conviene? ¿Y quién no puede defender que el Gobierno está cumpliendo “escrupulosamente” la ley? Todo vale. Todos es propaganda. Pero nadie puede negar, ni los propios socialistas, que este asunto, al igual que el caso De Juana Chaos, paseo incluido por los alrededores del hospital con la novia, puede causar un serio daño electoral al PSOE. Es un asunto que se les va de las manos, que no controlan.

Y hay un caso menor, o tal vez no, que aparenta ir más en la dirección de la propaganda que en la de la búsqueda de la verdad. La cantante Isabel Pantoja, como en sí día lo fue Lola Flores, ha sido llamada a declarar por el juez. Cada uno es responsable de sus actos y si la tonadillera ha cometido algún delito, la justicia debe ser para ella igual que para cualquier ciudadano: justa e imparcial. También tiene derecho a la presunción de inocencia. Pero, ¿qué necesidad había de detenerla con nocturnidad y alevosía y tenerla una noche entera en la comisaría? Ninguna. ¿Existía algún riesgo de fuga o de ocultación de pruebas? Más bien parece que no. ¿Qué es lo que había que mostrar o que se quería eliminar algo de las primeras páginas de los periódicos? No tengo respuesta confirmada. Se sabía desde hace mucho que estaba en el ojo del huracán. Pero una detención a las once de la noche, como a un peligroso delincuente…

Tal vez es una casualidad que el presidente del Gobierno diera un mitin en Marbella apenas unas horas antes y que hablara de que iban a ser implacables con la corrupción. Una casualidad, seguramente. Y que visitara la comisaría a la que precisamente, iba a ser conducida la cantante. Una casualidad… ¿Cuántas veces ha ido Zapatero a Marbella en los últimos doce meses? ¿Cuántas comisarías ha visitado en sus numerosos viajes a otras ciudades en ese mismo plazo? Casualidades, puras casualidades.

La justicia tiene que ser implacable, pero también transparente. Los ciudadanos tenemos derechos y uno de ellos es no sufrir más daño o más pena que la que sea justa. En este caso, como al contrario en el de De Juana Chaos o en de las listas camufladas de Batasuna, se ha buscado otra cosa. La imagen parece importar más que la verdad. El mensaje que se transmite, más que cualquier otra percepción. Puro teatro. “Tu verdad, no; la verdad”, decía Antonio Machado. Pero Machado era un poeta y no un político.