Antonio García Enrile empezó vendiendo pulseritas en sus años de adolescencia. La vena negociante no le abandonó nunca. Estudió Marketing y su primera incursión en el mundo de la empresa fue fallida, pero aprendió del error de precipitarse sin experiencia ni infraestructura. Aquel fracaso no lo arredró; al contrario, le dio fuerzas para presentar un proyecto al Club Pineda con su logotipo, un taco de polo bajo su nombre de “guerra”: Enrile.
En aquel negocio de comercio y reparación duró un lustro, porque se trasladó con armas y bagaje a la calle Monte Carmelo, 63, donde ejerce el oficio de guarnicionero. Allí se venden artículos de caza como fundas de escopeta y cajas de cartuchos; gemelos, cinturones, joyeros, carteras, portafolios, maletines, botonaduras para el chaleco del chaqué de asta de búfalo y marfil, pen driver, paraguas con una vitola con las iniciales de su propietario, además de los solicitados zapatos shell cordovan hechos a medida en un plazo de mes y medio.
Este guarnicionero sevillano que ve la botella medio llena en esta época de crisis y lamentos, ha echado toda la carne en el asador y ha apostado por el calzado a medida. En esta nueva línea de negocio dice que también hay prêt-à-porter para quienes no tengan problemas en los pies y busquen un calzado artesano. Se hacen con medios números, tres anchos por horma y diferentes empeines. “Las pieles – apunta- proceden de Italia y de Estados Unidos, el llamado cordovan, anca de potro, una piel rara y carísima. Es verdad que la artesanía se valora mucho más fuera de España, sobre todo en Estados Unidos e Inglaterra, donde se paga muy bien. De todas formas tengo que reconocer que en Madrid, Sevilla y Jerez saben apreciar este oficio y recibo muchos encargos”.
El cuidado del calzado
Dice que unos zapatos a medida son una inversión y que es muy importante saberlos cuidar. “El zapato dura dependiendo de cómo se le trate. Cuando vendo un par siempre doy algunos consejos básicos. A saber: Al zapato se le debe meter una horma de madera que, en mi caso, se entrega con cada par. No se deben poner dos días seguidos para que se oreen y para que el pie cambie de posición. Si llueve hay que dejarlos secar de lado con la horma dentro y nunca cerca de una fuente de calor porque se acartonan. Además es muy importante no estrenarlos en una boda, porque son nuevos y conviene amoldarlos. Y para evitar los habituales resbalones provocados por el cuero, desfloramos las suelas antes de entregar el trabajo”.
Antonio García Enrile ha decidido en estos momentos apostar por las ferias, donde exhibe su mercancía. Se ha apuntado a Extenda, la Agencia Andaluza para la Promoción Exterior de la Junta, y ha empezado a exportar. También se ha sumado a las nuevas tecnologías y vende sus productos on line, a través de su página web www.enrile.es, con un servicio de entrega gratuita del producto a toda la Península y Baleares.
Ubrique
En su política de no cruzarse de brazos ante el tsunami financiero, Enrile ha mirado hacia Ubrique, el pueblo donde más expertos en trabajar la piel hay por metro cuadrado. “He arrendado un local para la producción con Antonio Pérez González, un artesano con treinta años de experiencia en su haber. En la época de más trabajo tenemos hasta catorce operarios y el resto del año de siete a once. Ubrique no está en su mejor momento, aunque la solución a sus males estaría en que las nuevas generaciones se concienciaran que la formación es tan importante como la artesanía, y en que se debe hacer marca, producir y diseñar para tener productos exclusivos y no depender de terceros. Luego pasa como en Elche, que todo el mundo se va a fabricar a la India y a China y se quedan solos”.