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Canje

Canje

martes 20 de abril de 2010, 01:28h
¿Porqué, de pronto, los Kirchner están tan entusiasmados por salir del default?

Entiéndase bien, como ya comenté desde esta columna, cuando se iniciaron las gestiones por el canje, todo intento por convertir a la Argentina en un país “normal” y parecido al resto del mundo que funciona, debe ser bienvenido.

Sin embargo, dados los antecedentes y la reputación de los gobernantes actuales, la pregunta que inicia estas líneas no deja de obsesionarme. Es cierto, dicho sea de paso, que salir del default para la actual administración, tiene un muy pequeño costo de caja, mientras emite deuda que pesará en los presupuestos de otros años.

Pero igual, ¿Qué hace que un gobierno que mantiene defaults parciales, con la deuda nueva canjeada –manipulación del índice de precios al consumidor que ajusta parte de los bonos entregados en el 2005- ; con la deuda con jubilados y pensionados –por haberes mal liquidados-. Con contratos no renegociados en muchas de las concesiones de servicios públicos, etc, etc,, se decida a reconocer, precisamente, esta deuda.

Confieso que las respuestas más frecuentes que escucho de analistas y colegas, no terminan de convencerme.

Algunos, malintencionados, plantean que es otro gran negocio de los K. y sus amigos, con información privilegiada. Puede ser. Pero es demasiado costo político ante una parte del progresismo local, como para justificar la medida sólo por esta razón. Kirchner, hasta ahora, ha tenido la astucia de vincular sus eventuales negocios con alguna “causa popular” que le generara, además de un rédito económico, un rédito político.

El canje, en cambio, le mejora la imagen ante quienes no lo votarán, pero se la empeora ante otra parte de la sociedad que podría, en su momento, apoyarlo. Para alguien que cuenta los votos probables de a uno, es un lujo que no podría haberse dado, ni aún por un buen negocio.

Otros, sostienen que el canje se hace ahora para, aprovechando la liquidez internacional y las penurias fiscales locales, poder volver a endeudarse a tasas razonables. También es probable. Pero lo cierto es que las dificultades de la Argentina para endeudarse en el mercado internacional a tasas bajas, no surgen exclusivamente de la existencia de deuda en default, sino de “casi todo lo demás”.

La Argentina anterior a las mentiras del INDEC pagaba la misma tasa que Brasil, aún con esta deuda en default. Y, por otra parte, el monto que el actual gobierno argentino podría conseguir en el mercado global, comparado con el que se necesita para cerrar el agujero fiscal, es tan pequeño, que equivale ofrecerle un glóbulo rojo a un Drácula en abstinencia por meses. Otra vez, poco premio, para tanto costo.

 Otros dicen que la Presidenta no quiere seguir pasando el papelón de sentarse en la mesa del G20 (sitial, dicho sea de paso, que la Argentina se ganó en la década del 90, cuando Kirchner era menemista y no a la inversa, como ahora), como la oveja negra de la familia. También es probable. Pero para no ser esa oveja negra, no alcanza con salir del default, hay muchas otras cosas que hacer que el gobierno, al menos hasta ahora, no está dispuesto.

Otros, por su parte, indican que es para impulsar la inversión privada, y el crecimiento, de manera de mejorar las perspectivas electorales del oficialismo. Otra vez, el flujo de capitales al país fue bueno, aún con esta deuda en default, y será malo hasta que se despeje la incertidumbre política sobre el nuevo gobierno. Sobre todo en un escenario de alta inflación y dudas sobre la sostenibilidad del tipo de cambio nominal. ¿Quién arriesga inversiones sin tener alguna idea sobre los precios relativos de sus insumos y  productos, sobre todo si tiene que vender dólares, para invertir pesos?

Finalmente, un amigo mío, sostiene que Kirchner necesita arreglar el default para terminar con el peligro de embargos a bienes de la República, de manera de completar la expropiación pendiente de Aerolíneas (cuyas acciones siguen en poder de sus anteriores dueños) y concretar la “gran nacionalización” de otras empresas que genere el gran golpe de efecto que anda buscando. Pero siendo, otra vez, la oferta de canje, unilateral, para que no sigan los embargos habrá que obtener una gran aceptación de los minoristas que demuestre una negociación “de buena fe”. (el anuncio de un pequeño pago en efectivo, va en esa dirección, mostrar buena voluntad).

Yo sigo con la intriga.

Mi problema con las teorías conspirativas, es que sobrestiman la inteligencia de los conspiradores. Veremos.
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