Casi al mediodía paceño, un ronroneo cruzó raudo por las rutas de la ciudad. Más de 100 motocicletas se apoderaron de las calles de la urbe, en el séptimo encuentro organizado por el Club Harley Davidson Bolivia. Hubo representantes de cinco países de la región, además de los “motoqueros” nacionales que presentaron sus mejores galas sobre dos ruedas.
Entre los visitantes estaba el chileno Marcelo Turrez. A sus 36 años, él se jacta de haber conocido hasta “el fin del mundo”, montado en su moto. “Estuve por todos los países de Sudamérica e incluso llegué a la Patagonia (Argentina), allí hay un lugar que se denomina el Fin del Mundo. También di una vuelta por el Salar de Uyuni, la cataratas venezolanas y otros paisajes y en todos los países de la región”, explica el “motoquero”, quien para llegar al encuentro de Bolivia tuvo que ir a máxima velocidad por el Amazonas. Además de la premura por arribar al país, existía el peligro de que unos indígenas le disparasen sus flechas. “Era un área protegida y estaba prohibido detenerse en motos, fue una aventura”.
Ser “motoquero” es una opción de vida, para Turrez. Él vive para pasear por diversos horizontes de la región a horcajadas sobre su BMW que pesa unos 300 kilos y cuesta entre 25.000 y 30.000 dólares.
“Todos nosotros amamos nuestras motos”, explica Juanjo Nallar, representante del club y organizador de este séptimo evento. En esta versión hubo visitantes de Venezuela, Chile, Argentina, Brasil y Perú; entre otras nacionalidades, que se dieron el gusto de llegar desde el parque de Las Cholas hasta la plaza Villarroel; de ahí nuevamente bajaron a la zona Sur y apagaron sus motores en la avenida Costanera.
Entre las joyas que recorrieron la ciudad estaban las Harley Davidson clásicas, al estilo de los músicos ZZ Top y que están relacionadas con los grupos de rock. Los precios de estos vehículos varían entre 5.000 y 80.000 dólares.
Entre las máquinas que se lucieron estaban aquellas que emulan a las motocicletas de los policías estadounidenses. Gonzalo Viscarra explica que muchas de las Harley son todoterreno y pueden participar de un rally como el París-Dakar, que este año se hizo en Argentina.
Una motocicleta que se robó la atención de los curiosos no era negra, sino azul. Era una moto “única en su estilo”, según su dueño, quien se negó a dar su nombre. Dijo que la moto fue hecha en Estados Unidos por encargo, cuenta con tecnología Harley Davidson y tiene el motor de la marca SyS. La máquina, como una mujer hermosa, recibió silbidos a su paso por las calles de la ciudad.
Curiosidades sobre dos ruedas
Algunas Harley Davidson son exclusivas para gente alta. La fábrica tiene una línea sólo para personas de al menos 1,80 m.
En el recorrido por las rutas de la ciudad se vieron motos artesanales armadas con piezas de marcas diferentes.