Las dependencias de San Severiano, sede de la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz, se encuentran en tan lamentable estado que han tenido que ser apuntaladas ante el evidente riesgo para sus inquilinos y los ciudadanos que, diariamente, acuden al citado acuartelamiento. Según denuncia en un comunicado la Unión de Oficiales de la Guardia Civil.
Los desprendimientos de cascotes han forzado la instalación de una red para reducirlos y evitar el considerable riesgo para la integridad de los inquilinos y viandantes.
Podría parecer que la principal justificación para mantener a más de 80 familias en un cuartel ruinoso es la crisis económica que venimos padeciendo y la consiguiente contención del gasto público. Sin embargo, -continua el comunicado- la realidad es que la nueva Comandancia está construida y aunque el Ayuntamiento de Cádiz ha puesto el flamante edificio a disposición del Ministerio del Interior, el Sr. Rubalcaba parece no tener el más mínimo interés en que sea habitada por los Guardias Civiles.
Un acuartelamiento por el que el Ayuntamiento de Cádiz ha pagado más de seis millones de euros y que el 31 de diciembre pasado puso a disposición del Ministerio del Interior, a día de la fecha, es un edificio fantasma.
La inexistencia de buzones de correos o la falta de una valla de madera para la seguridad de los niños que delimite los columpios instalados entre las viviendas y los estacionamientos, son las razones esgrimidas para que los Guardias Civiles aún no estén ocupando su vivienda. Mientras, paradójicamente, los cascotes siguen cayendo del viejo edificio constituyendo una amenaza real y tangible para los que habitan dichas dependencias.
Desde Unión de Oficiales (UO) esperamos, por el bien de nuestros compañeros y sus familias, una urgente y satisfactoria solución a este serio problema y que puedan disfrutar lo más rápidamente posible de su nueva vivienda.
Por último, mostramos nuestro profundo malestar y preocupación por ver como el Ministro del Interior, diputado electo por Cádiz, obra ante los problemas de aquellos ciudadanos que lo han elegido. Lamentablemente, no podemos sino expresar nuestra absoluta desconfianza en que sea el Ministro capaz, como el mismo reconoció en una de sus últimas informaciones, de modernizar y democratizar la Guardia Civil.