Hay que tenerla apretada. Hay que echarle morro al asunto, Hay que tener poquísima vergüenza para, siendo no ya militante sino dirigente del PSOE no sólo asistir, sino hasta encabezar las manifestaciones sindicales del 1º de mayo llamado antiguamente el Día del Trabajo y ahora, el Día del Parado. El gabinete de prensa del PSOE andaluz me manda una foto de la "manifa" de Granada, la principal de las celebradas en todas las capitales andaluzas. En ella, rodeados de pancartas de la UGT (el sindicato amigo) aparecen varios miembros (y miembras) de la Ejecutiva regional socialista, (la secretaria de Organización, Susana Díaz; el secretario de Empleo, Ángel Gallego; el secretario de Política Municipal, Juan Manuel Fernández; la secretaria de Educación del PSOE federal, Cándida Martínez; el consejero de Educación, Francisco Álvarez de la Chica y la secretaria general del PSOE granadino, Teresa Jiménez, acompañados del posible candidato a la Alcaldía granadina, Manolo Pezzi). Todos ellos muy sonrientes como si estuvieran de juerga, festejando el récord de más de un millón de parados que ostenta nuestra comunidad autónoma. Ejemplar y edificante. Ellos, como todos ustedes saben, son los únicos que tienen asegurado su puesto de trabajo. Ellos y sus familiares más cercanos no pensemos que los pobres míos son tan egoístas.
Claro que habrá que reconocer que si ellos tienen poca vergüenza por ir a manifestarse en defensa de esas pensiones que ellos mismos están poniendo en un tris de desaparecer, menos vergüenza aún tienen los dirigentes sindicales (de UGT, de CC.OO. y de cualquier central que se tercie) por permitirles estar en las primeras filas sin darle cosquis durante todo el trayecto. Los dos secretarios generales de las centrales dominantes, tanto Manuel Pastrana (UGT-A) como Paco Carbonero (CC.OO.-A), tendrían que haber salido al paso de tamaña bufonada. Aunque tambén es verdad que ambos tienen que agradecerle su buena paga mensual a Pepegriñán. En serio, no debería ser presentable que el partido que sustenta al Gobierno, que se ha dedicado en los últimos cinco años a destruir millones de empleos y que sigue sin poner los medios para atajar la crisis, asista orgulloso a este tipo de convocatorias como si hubiese que agradecerle algo que no sea la ruina económica en la que ha sumido a España.
Y mientras algo más de treinta mil sindicalistas se manifestaban el 1º de Mayo en las principales ciudades andaluzas, cerca de un millón cien mil andaluces, es decir uno de cada tres en edad de trabajar, se ven abocados a subsistir bien con una prestación miserable, bien con el auxilio de entidades de caridad. Puede ser el chocolate del loro, pero ¿no podrían haber destinado los sindicatos, la Junta y el PSOE todo el dinero que se han gastado en organizar las manifestaciones del Día del Paro, en algo que produjera al menos media docena de empleos? Al menos así no se les caería la cara de vergüenza a los afiliados de CC.OO. y UGT que tuvieron que aguantar en Granada la desagradable compañía de los "compañeros" del partido amigo.