Tolentino, el mundo por montera

Cuando una ve los sombreros de Felipe Vivas, Tolentino en el siglo, sabe que están hechos por un artista. Son pequeñas piezas resueltas con mimo, elegancia, delicadeza y oficio. El oficio significa no sólo los años de convivencia con las Bellas Artes, profesión que estudió en Sevilla y en la que se doctoró, sino las horas que emplea en dar vida a sus modelos. “Me levanto a las seis de la mañana y un cuarto de hora después ya estoy trabajando. Todo es cuestión de investigar y de constancia”.

Efectivamente, porque tesón no le falta a este cacereño, de abuelo italiano, procedente de San Nicolás de Tolentino, y a quien le dedicó el nombre de su firma. “Mi abuelo era sastre y mi madre modista, así que mis recuerdos siempre están ligados a los hilos que había siempre en mi casa. Recuerdo una mesa gruesa para cortar y unas tijeras grandes y lo perfeccionista que era mi madre en su trabajo. A ella he salido yo”.

Tolentino acaba de presentar en la VII edición de Andalucía de Moda una colección de sombreros en los que el negro era el color protagonista. De ahí su título “Black & Black”. Eran treinta modelos futuristas pero con una base clásica, los casquetes de los años veinte. El colofón fue un homenaje a su admirada actriz Marlene Dietrich. Felipe Vivas consiguió el objetivo de todo creador: meterse al público en el bolsillo. Un público que ya le había echado el ojo cuando exhibió sus creaciones en el Hotel Palacio de Villapanés, también en Sevilla.

El glamour, en París

“Las mujeres andaluzas, sobre todo las sevillanas, se atreven con todo. Después de este pase me pidieron sombreros con mucho volumen. Las décadas prodigiosas para este complemento fueron los veinte y los cincuenta. En cada una de ellas hubo mujeres que marcaron estilo como Ava Gardner, Marlene Dietrich, Josephine Baker, Coco Chanel, o Jackie Kennedy, Grace Kelly y Audrey Herpbun”.

Para Felipe Vivas, el glamour sigue estando en París, donde están los diseños más elegantes y los expertos en plumas, mientras que Inglaterra puede presumir de contar con las mejores hormas de sombreros. “En España no hay muchos profesionales, está Ana de la Guerra, pero poco más. Yo intento que mis diseños sean de alta costura, de cada horma hago tres modelos diferentes, además, tengo tres líneas, Tolentino Haute Hots, Hunky Punky, más desenfadada, para gente joven y Circus destinada al teatro, cine y ópera. Para todo mi trabajo cuento con la inestimable ayuda de Manuel Carrión, mi mano derecha”.

Felipe Vivas está convencido de que la moda es un reflejo de la sociedad. “Sociológicamente hablando estamos en un momento de crisis, los vestidos son más sobrios, los pintalabios más fuertes y los sombreros vuelven con fuerza, porque este complemento se revitaliza cuando la economía se desploma, no sé si será porque la cabeza es la parte más expresiva del cuerpo. Quizás por eso alterno la pintura con hacer sombreros, aunque tampoco descarto dedicarme a diseñar zapatos”.