Argentina sigue a paso firme en el mundial

Y así fue. Grecia, a pesar de tener que buscar los tres puntos para clasificar, decidió no pasar papelones y esperar al seleccionado argentino abroquelado atrás, con marcas personales a Messi, al Kun Agüero y a Diego Milito, apostando solo a alguna pelota que pudiera pescar su único delantero Georgios Samaras.
El equipo de Diego, como en todo el mundial, tuvo mucha paciencia para generar los ataques, con un mediocampo equilibrado, alternando Maxi Rodríguez con Verón la labor en los costados, y Bolatti se hacía dueño del centro de la cancha. Clemente y Otamendi subían por sorpresa, mientras que a Messi se lo veía molesto en el primer tiempo por la férrea marca personal griega. Verón junto a Messi y al Kun intentaban mediante pases cortos poder acercarse al arco del buen arquero griego, pero faltaba la puntada final para poder abrir el marcador. A esto hay que sumarle que por primera vez para Argentina se notó las dificultades para dominar la “Jabulani” con un campo de juego demasiado rápido para poder ver un buen espectáculo.

En la primera etapa a pesar de contar con cinco situaciones de gol, Argentina no pudo concretar, mientras que, aunque parezca mentira, Grecia no pateó al arco en esa primera mitad.

Cuando todos esperaban que el seleccionado europeo dejara de lado su amarretismo, su entrenador dispuso el mismo planteo para los últimos 45 de su equipo en el mundial (así y todo a los dos de la segunda etapa por poco su figura sorprende a la defensa nacional).

El desarrollo siguió de la misma manera, con la pelota en los pies de los jugadores argentinos, y con la sensación que en cualquier momento el gol iba a llegar. Messi seguía haciéndose dueño de los ataques y la novedad táctica dispuesta era que cada vez más se aprovechaba la velocidad de Clemente Rodríguez para desbordar por sorpresa por la izquierda. Así a los diez un centro suyo por muy poco no es conectado por Milito y a los doce el mismo lateral probó de afuera y su disparo se fue más cerca.
El equipo insistía ante unos griegos extenuados -ya habían realizado los tres cambios por molestias físicas- y la habilidad argentina era muy difícil de controlar para un equipo que solo parecía preparado para aguantar.
A los 23 hubo un anticipo de lo que iba a pasar. De un centro le quedó a Bolatti y su remate fue controlado  brillantemente por el arquero, quien nada pudo hacer a los 35 cuando el muy criticado Demichelis tuvo su revancha -tras su error ante Corea- y ponía justicia en el marcador.

De ahí en más -ya con el ingreso de Pastore y de Palermo- lo único que restaba esperar era si Messi podía concretar un gol en este mundial o si Palermo podía poner otro capítulo a su increíble historia. Y así fue, tras una jugada de Messi,-que ya había estrellado un remate en el palo- el arquero dio rebote y apareció Palermo para darle más emoción a una justa clasificación.
El domingo México será el rival por los octavos de final, y Maradona tendrá tiempo para ver si con los “23 leones” a su disposición vuelve al once titular que enfrentó a Nigeria en la primera presentación o sí nos vuelve a sorprender con alguna novedad.

Lo más importante es que las variantes sobran y que el sueño de llegar a la final puede llegar a ser una realidad.