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"Es un imperativo moral”

Obama: 'Es imposible deportar a 11 millones de personas'

Obama: "Es imposible deportar a 11 millones de personas"

jueves 01 de julio de 2010, 19:25h
El presidente de EE.UU., Barack Obama, afirmó este jueves que es necesario un sistema de inmigración para todo el país que "refleje nuestros valores como un Estado de Derecho y un país de inmigrantes".
“La reforma migratoria no es un asunto político o económico. Es un imperativo moral”. Bajo esta premisa el presidente Barack Obama ofreció este jueves su primer gran discurso a la nación en el que recordó que Estados Unidos es un país de inmigrantes, repitió hasta el cansancio la urgencia de aprobar “de una vez” una reforma “integral” del sistema migratorio, pidió dejar atrás los “falsos debates” y advirtió que leyes como la aprobada por Arizona solo “aumentan las tensiones”.

"Ha llegado el momento de dar un paso adelante". Durante un discurso en la American University School of International Service, el presidente Obama comenzó su intervención asegurando que su administración ha afrontado con “honestidad” y “determinación” algunos de los retos pendientes, como la reforma educativa o la sanitaria, o los cambios en Wall Street que están a punto de aprobarse. “Nos hemos negado a ignorar los grandes problemas del país y la cuestión migratoria no será la excepción”, dijo.

Estimó que en la actualidad hay unos 11 millones de indocumentados porque “todo el mundo sabe” que el sistema está “roto”, reconoció que las tensiones sobre el asunto no son nuevas, pero recordó que el “flujo constante” de inmigrantes ha permitido a EEUU “ser lo que es”.  De esta forma, destacó que la inmigración ayuda a tener una fuerza de trabajo más joven y a que la economía crezca más rápido. “Los inmigrantes siempre nos han ayudado a construir y a defender este país”, subrayó.

¿Qué es ser estadounidense?

Ante los polémicos debates que se han instalado en la sociedad sobre qué es lo que significa ser estadounidense --algunos políticos han llegado a plantear negar la ciudadanía a los hijos de inmigrantes ilegales que nazcan en EEUU saltándose a la torera la Constitución-- Obama aseguró este jueves que “no es una cuestión de sangre o del lugar de nacimiento. Para el presidente, ser ciudadano americano es una cuestión de “fidelidad” a los valores que representa Estados Unidos.

La mayoría de la gente sin papeles, dijo Obama, buscan simplemente una vida mejor para ellos y para sus familias. Incluso muchos de ellos llegaron al país cuando eran niños. Estudian, trabajan, ahorran y no se meten en problemas pero como están en la sombra cobran menos por su trabajo y no reciben beneficios. Una de las consecuencias inmediatas es que las arcas públicas dejan de recaudar miles de millones de dólares de impuestos porque cobran sus salarios en negro, recordó.

Obama, que apoyó la reforma migratoria cuando era senador y lo hará ahora que es presidente, criticó a los poderes establecidos en Washington por no afrontar honestamente el debate. “La reforma ha sido un rehén de los políticos”, lamentó el presidente, para quien ha llegado el momento de que ambos partidos se sumen a la propuesta y reconoció que la reforma nunca saldrá adelante si no cuenta con el apoyo de algunos republicanos. ¿Tendremos el coraje político de aprobarla?.

Polémica ley de Arizona

El presidente no eludió hablar de la polémica ley de Arizona y dijo que tienen el potencial de violar los derechos de millones de ciudadanos estadounidenses y residentes legales inocentes por el simple hecho de su aspecto o acento. Además, advirtió que esa legislación pone una enorme a la policía para cumplir su trabajo. En todo caso no entró a confirmar si finalmente su administración denunciará la normativa en Arizona, pero dijo que hoy la frontera es mucho más segura que hace 20 años.

Obama dijo también que poner en marcha un programa masivo de deportaciones como piden desde los sectores más reaccionarios es “logísticamente imposible” y además resultaría “muy caro”. Pero además, subrayó, expulsar a los 11 millones de indocumentados que se calcula que viven en el país sería “poco inteligente e injusto”. “Muchos de ellos tienen hijos estadounidenses y muchos otros llegaron al país siendo niños”, recordando el drama familiar de la inmigración.

Por todo ello, apostó por abordar la cuestión migratoria desde un enfoque “práctico” y con “sentido común” y que además refleje los valores que han hecho de EEUU ser el país que es. De esta forma, consideró que tanto el gobierno, como las empresas y los propios inmigrantes deben asumir sus responsabilidades. “Los indocumentados deben admitir que rompieron la ley, pagar una multa, empezar a pagar impuestos y aprender inglés”.
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