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Sanfermines

Sanfermines

domingo 11 de julio de 2010, 16:00h

 Le llamo a una tía mía, que vive en Pamplona, y al despedirnos me dice: ¿escribirás sobre los sanfermines? La inesperada pregunta me sorprende y, como esta tía mía es prácticamente inmortal – va a cumplir antes de dos semanas 96 años -, no puedo decirle que no, porque ya se sabe que hay que someterse sin rechistar a los deseos de los inmortales. Para mi tía, Pamplona, los sanfermines, su pueblo natal, Arzoz, tan próximo a Estella, y cualquier rincón de Navarra es lo máximo que existe en el mundo. ¿Lo son también para mí? Me hago la pregunta y, sin precipitarme, contesto lo mismo que dice mi tía. Me pego un trago de sidra asturiana y, al instante, entono el “Pamplona, patria  querida, / Pamplona de mis amores, / ¡quién estuviera en Pamplona / en sanfermines, cojones!”. Como la sidra me lleva al desmadre de las canciones de las peñas, doy un giro rápido, renuncio a este licor de manzana y me paso al terreno de la tragedia, que no admite tacos. 

En el  cuarto encierro de los sanfermines,  se tributó un homenaje al corredor alcalaíno Daniel Jimeno, fallecido hace un año al ser corneado por el toro Capuchino de la ganadería Jandilla. Minutos antes del encierro, Juan Antonio Jimeno, padre de la última víctima mortal de este espectáculo salvaje, realizó la inspección del recorrido junto a la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina. ¿Cuántos corredores han muerto en los encierros de Pamplona? Lo acabamos de saber en este homenaje. Durante el recorrido se repartieron quince pañuelos con los nombres de las quince víctimas mortales del encierro en los puntos exactos en los que fueron corneados. .  Cuando llegaron a la curva de Telefónica, donde cayó mortalmente herido Daniel Jimeno, la comitiva se detuvo y realizó una ofrenda floral.  Hasta cierto punto, es imaginable el dolor de los presentes, pero el dolor de este padre es inimaginable. ¿Qué siente este padre ante la pérdida de un hijo en  un espectáculo que me parece  absurdo puesto que, en mi primera juventud, como tantos paisanos de mi natal Pamplona y algunos turistas, me entregué al masoquismo de pasar miedo corriendo delante de unos morlacos? Este padre acaba de declarar en una entrevista publicada por Diario de Navarra, y firmada por Noelia Gorbea,   que le tiemblan las piernas, pero que  ha necesitado volver al vallado donde murió su hijo. 

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