La roja y la confianza

Los cálculos de algunos expertos señalan que la victoria en un Campeonato Mundial de Fútbol  (tal como ha ocurrido con España en Sudáfrica) supone un incremento de un 0,7 por ciento del Producto Interior Bruto para el país ganador…  Otras personas, no menos expertas, discrepan sobre este dato, y señalan que los cálculos fueron hechos en un tiempo en que no había aparecido la crisis económica, y que el gol de Iniesta frente a Holanda no es tan definitivo, en términos económicos, como aprecian los más optimistas.

Es un asunto que abordaremos con personas conocedoras de los asuntos financieros, y de lo que en ellos repercuten los éxitos deportivos. Ahora nos quedamos con lo que ha dicho la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Economía, Elena Salgado, para quien una copa del mundo de fútbol genera, cuando menos, “confianza dentro y fuera de España”.
La confianza es, según sus dos primeras acepciones en el Diccionario de la Real Academia, “esperanza firme que se tiene de una persona o cosa”,  y “ánimo, aliento y vigor para obrar”.

Tal como les comentábamos ayer, la victoria de La Roja no es un talismán contra los problemas de España, pero no deja de ser una ayuda para la autoestima de los españoles, que tan escasos estamos de optimismo ante la realidad social y económica de nuestro país… Pero, en los malos tiempos, hay que reflexionar sobre la frase castiza de que “todo vale para el convento  -decía el fraile- y llevaba una puta al hombro”. Todo vale para el gran monasterio que es España, excepto el pesimismo y el desánimo, que son los mejores aliados para un callejón sin salida.

Como sucede con los grandes acontecimientos que cambiaron el signo de la historia  (el asesinato de John Fiztgerald Kennedy, la caída del muro de Berlín, la muerte de Franco o los atentados de las Torres Gemelas) alguien preguntará, pasado un tiempo. ¿Dónde te encontrabas en aquélla noche en que, frente a Holanda, la selección española de fútbol se proclamó campeona del mundo?”.

Y muchos, al menos casi cinco millones de españoles, responderán: “Me encontraba en el paro, buscando desesperadamente un puesto de trabajo”. Otros dirán que estaban con sus amigos en el bar o en su casa con sus familias. Ojalá que todos ellos, y aún en las circunstancias más adversas, puedan decir que, pese a todo, se sienten más orgullosos de ser españoles.