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Benedicto XVI también confundió “islamismo = terrorismo”

jueves 19 de agosto de 2010, 05:19h

La prensa estadunidense entró de lleno al debate de la mezquita que se quiere construir en el Bajo Manhattan, a unos pasos de la Zona Cero. Ayer, el Washington Post conminó al presidente a asumir una postura clara al respecto, luego de que Obama saliera al ruedo el viernes a defender el derecho a su construcción, para matizarlo un día después al decir que no iba a referirse a la prudencia del sitio escogido (“no voy a comentar sobre la sabiduría de la decisión”), ya que sus comentarios se referían más bien a la libertad de culto.

El Post descalificó como “retórica inflamada” el abanico de voces que condenan el proyecto con un trasfondo de islamofobia, al hacerse la simbiosis “islamismo = terrorismo”. Pero esto no es otra cosa que la cosecha de la siembra plantada por Bush tras los atentados del 11-S, que derivaron en la discriminación de los musulmanes dentro de Estados Unidos, al relacionarlos con nociones de bestialidad, barbarie, atraso y “peligro”. Y si en 2006 Bush llegó a hablar de los musulmanes como “islámicos fascistas”, no olvidemos el traspié cometido por el mismísimo Benedicto XVI, quien en septiembre de ese mismo año, en una visita a su Baviera natal, condenó en un discurso en la Universidad de Ratisbona la “irracionalidad” de “la difusión de la fe mediante la violencia”, como ocurre —dijo— en la yijad (la guerra santa) del islam.

Según un sondeo de la firma Pew, sólo 19% de los estadunidenses siguen con atención el debate sobre la mezquita, frente a 39% que lo hacen sobre la situación económica en el país. Pero una encuesta de la cadena CNN reveló que 68% de los estadunidenses está en contra de su construcción. Una cifra que escala a 70% entre el electorado independiente, el mismo que apoyó a Obama en 2008 en su campaña a la presidencia.

El Post se hace eco de la “ansiedad” de algunos candidatos demócratas a los comicios de noviembre. Para éstos “Obama tiene razón en el fondo, pero políticamente está errado”.

Según el ex juez Lee Sarokin (Huffington Post), en su defensa de la libertad religiosa “muestro presidente habla de uno de los valores más preciados para el país, pero los republicanos se frotan las manos mientras se preguntan cómo utilizar su declaración de cara a las elecciones”.

Para colmo, pareciera más fácil argumentar en contra que a favor del templo. Según el republicano Newt Gingrich, ex presidente de la Cámara baja, “sería como colocar un letrero nazi junto al museo del Holocausto en Washington”. Más directo aún, el líder de la mayoría demócrata, Harry Reid, dice que él defiende la libertad religiosa pero la mezquita debería estar “en otro lado”.

Opinión extraída del Periódico Milenio 18/08/10

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