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El presidente de México, Felipe Calderón, dio hoy por finalizado el Diálogo por la Seguridad que ha mantenido con diversos grupos sociales y sectores oficiales y apuntó que no será posible vencer al crimen organizado "sin el uso de la fuerza".
"El puro uso de la fuerza no resuelve el problema. Pero sin el uso de la fuerza no es posible resolver el problema", afirmó el mandatario, que ha desplegado 65 mil miembros de las fuerzas federales desde el inicio de su Gobierno para frenar a los cárteles de la droga.
El Diálogo por la Seguridad se extendió durante el mes de agosto y en él participaron plataformas civiles, empresariales y religiosas, además de los gobernadores de los 32 estados del país.
Su objetivo ha sido, en conjunción con diversos entes sociales, buscar soluciones contra la inseguridad y la intensa violencia que generan las bandas criminales organizadas, principalmente del narcotráfico.
Calderón señaló que son necesarias políticas sociales para combatir la violencia en el país, pero estimó que sus resultados llegarían a largo plazo.
"Tendrán que venir varias generaciones de muchachos que sí pudieron ir a la escuela, que sí pudieron encontrar trabajo (...), antes de ver que eso se traduzca en una reducción inmediata de la violencia", dijo.
La estrategia del Gobierno contra el crimen organizado ha sido duramente criticada por la ciudadanía y diversos sectores, por considerar que no está siendo efectiva para contrarrestar la actividad de los cárteles, y por la ola de violencia que se vive.
En los tres años y nueve meses que lleva Calderón en el poder, se han registrado en México 28 mil muertes atribuidas al crimen organizado.
Algunos hechos violentos han impactado a la población, como el asesinato de 72 inmigrantes -presuntamente indocumentados de las regiones centro y sur del continente americano- a manos del cártel de Los Zetas.
Calderón propuso dar seguimiento minucioso a lo discutido durante este diálogo para evitar que, como sucedió con el Acuerdo Nacional por la Seguridad firmado en 2008, se incumplan la mayoría de los compromisos.
En el marco del "Diálogo por la Seguridad", el pasado 4 de agosto los líderes religiosos del país exhortaron al presidente mexicano a hacer más en defensa de la familia y sus valores.
El cardenal y arzobispo primado de México, Norberto Rivera, admitió que el país vive un momento de "desesperanza" y señaló que, como religiosos, "al propiciar una nueva cultura de valores" ellos ya contribuyen "al combate de la violencia".
Por su parte, los gobernadores mexicanos se reunieron el 12 de agosto con Calderón y apuntaron a que hay importantes problemas de seguridad en las fronteras del país, en el norte con el ingreso de armas desde EU, y por el sur, con una presencia cada vez mayor del crimen organizado.
Y en el marco de ese mismo foro, el 10 de agosto varios partidos políticos mexicanos cuestionaron la estrategia del Gobierno de combate frontal al crimen organizado.