La enorme desventaja del mes de agosto es que los políticos aparecen menos en la tele o en los periódicos y no te ofrecen consejos ni soluciones para resolver tu vida. Se echa de menos. Por eso, septiembre es diferente. Ahora ya empezamos a saber a qué atenernos. El primer mensaje positivo en Castilla y León es que mañana Celtas Cortos reaparecen en la Plaza Mayor de Valladolid después de un prolongado veto por parte del Ayuntamiento. El motivo de esta ausencia no es que el repertorio del grupo no coincida con los gustos musicales del equipo de gobierno, que también puede ser. Se trata de la factura que han tenido que abonar por la actitud reivindicativa de algunos de los celtas que en su día tuvieron la malsana ocurrencia de manifestarse contra la instalación de las antenas de telefonía móvil.
La clase política no entiende que el rock es transgresión y reivindicación por naturaleza. Así ha sido toda la vida y seguirá siendo mientras la música sea una expresión cultural en libertad. El rock no es Operación Triunfo ni Agua, azucarillos y aguardiente, el rock es, como dice Loquillo, un estilo de vida y una forma de pensar y no solamente un entretenimiento. El rock es incompatible con las fotografías de músicos que en su día lideraron movimientos antisistema con jefes de estado o con jefes religiosos.
Los políticos impregnan también el mundo de la música y se les suele ver en conciertos que casi siempre subvencionan ellos. No en los que es necesario pasar por taquilla. Las instituciones se han convertido en empresarios del espectáculo, han distorsionado el mercado con la fórmula del todo gratis y, a cambio, los criterios de contratación deben confluir con los colores de los gobernantes. Y así pasan cosas como el veto a Celtas Cortos.
Pero sucede también que los músicos, ajenos a los principios más elementales de la doctrina del rock, han encontrado en las instituciones la solución más cómoda para no quedarse en casa durante el verano y han preferido abrir la boca sólo para cantar, pero no para emitir opiniones por si las moscas… Entretanto, el protagonismo institucional en la contratación de los músicos, que casi monopoliza el mercado, se ha encontrado de bruces con la crisis económica lo que ha provocado este año el empobrecimiento generalizado de la oferta musical.
Nada que ver, sin embargo, esta actitud con el encomiable esfuerzo institucional en la organización de grandes eventos como el Valladolid Latino o el Festival de la Naturaleza de Gredos que contribuyen además a la captación de visitantes.
Regresan Celtas Cortos a Valladolid con un nuevo disco bajo el brazo y un repaso a sus canciones de siempre. Que vuelvan más tarde a la Plaza Mayor sólo depende de ellos. De sus silencios para no incomodar a los que pagan. Es el sistema establecido.
Carlos Roldán. Periodista