El pan que traía Dakota bajo el brazo está en Parla y va a vivir en él. Es uno de 100 los pisos que el IVIMA sorteó en febrero y a donde se trasladará con su madre en unos días, ahora que ya le han entregado las llaves. Está en un nuevo barrio de la localidad, a escasos metros de la parada del nuevo tranvía y pagará por el "lo mismo que pago ahora por una habitación vieja", dice esta afortunada. Llegó la hora de cambiar de vida.
Como Consuelo, hoy los adjudicatarios contenían la emoción que hace unos meses no pudieron ocultar. Son los 100 nuevos inquilinos del IVIMA a los que la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio ha entregado las llaves de sus viviendas, y que en unos días volverán a verse ya en su nuevo barrio de Parla Este. Ni ellos ni sus familiares han querido perderse el acto que les hace un poco más dueños de su nuevo hogar, por el que pagarán entre 160 y 330 euros, según las dimensiones.

Cuando Consuelo solicitó uno de estos pisos aún no sabía con certeza que estaba embarazada, pero tenía un extraña sensación. Los meses pasaron, confirmó su embarazo y un mes antes de que Dakota llegara a este mundo se enteró de la gran noticia. "Ni siquiera fui al sorteo -explica, con el bebé entre sus brazos- y un tiempo después recibí una llamada del IVIMA para decirme que ya tenía el piso".
Nació en Guinea Ecuatorial hace 30 años y se trasladó con su familia a Madrid a mediados de los noventa. "He trabajado mucho, me he sacrificado y sólo he conseguido vivir en una habitación vieja". Ahora no trabaja y sobrevive con un subsidio de la administración y la ayuda de su madre y del padre de su bebé, "del que me he separado porque hemos tenido algunos problemas".
Está asustada, pero muy contenta, sobre todo "porque es un piso nuevo, con garaje, que es muy importante, y por el que voy a pagar lo mismo que pago ahora por el piso". Asegura que se trasladará a la casa "en cuando me den el agua y la luz" sola, con Dakota. "Quiero mi vida, mi libertad y empezar a afrontar mis facturas".

A Gema se le escapa alguna que otra lágrima cuando recuerda el largo camino que la ha traido hasta aquí. "Vivo en una casa de 60 metros por la que pago 700 euros y mis únicos ingresos son los 1.400 euros que gana mi marido. Eso, para mantener una familia de cuatro". Cuando él recoge las llaves de manos del consejero de Medio Ambiente Gema se las reclama y dice: "Es mi mérito, él pone el nombre y yo el sacrificio". Y es que hace un año que comenzó su peregrinación por todos los despachos del IVIMA, una verdadera relación epistolar con muchos de sus responsables.
"No podía entender que el Plan Joven fuera para todos igual, cuando yo tengo treinta años pero dos niñas pequeñas y unos ingresos muy por debajo de la media". Habló, escribió y se empeñó, hasta que el propio gerente del IVIMA le respondió a una de sus cartas para informarle del sorteo de Parla Este. "Me dio muchas garantías y mira donde estoy, con una casa de casi 80 metros por poco menos de 250 euros", dice, aún sin creérselo.

Su futura vecina, Mari Mar supo que le había tocado uno de estos pisos ocho días después del sorteo, el 28 de febrero. "Dos meses después me quedé sin trabajo".
Vive en el caso antiguo de Parla con lo que el cambio de vida va a ser abismal. "De una zona vieja a una totalmente moderna, y con el tranvía a la puerta". Como muchos, califica de "lotería" el hecho de haber recibido un piso, por el que pagará unos 300 euros al IVIMA, un 'arrendador' que ya tiene en alquiler un parque de viviendas similar a la de la ciudad de Segovia, con 24.000 pisos.