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El imperio de la mentira

El imperio de la mentira

miércoles 15 de septiembre de 2010, 23:37h
Una de las mentiras más clamorosas y reconocidas posteriormente, fue la existencia de armas de destrucción masiva en Irak. El gobierno actual, lo ha explotado hasta la saciedad.

Pero parece que la frase que se atribuye a Tierno Galván, de que los ciudadanos lo que desean, es que se les engañe, ha arraigado. Por ello, se negó el Gal y la negociación con ETA, la crisis económica en las elecciones generales pasadas, que en Afganistán estemos en una guerra, que en los carrebous los toros sufran, que haya tantos liberados sindicales, que los parados en formación sean parados,  que el estatuto catalán sea inconstitucional, la corrupción etc.

Recientemente, se niega hasta el fracaso de la huelga del 29 S. Y así seguiríamos citando, tantos y tantos temas candentes en nuestra política,  que nos llevan, a desentendernos y esperar el momento, que sólo en elecciones nos permiten,  para poder dejar oír nuestro parecer sobre tanta y tanta desfachatez.

La mentira en democracia es el peor pecado, al suponer una felonía a la confianza de los votos, y utilizarse para obtener el poder o mantenerse en él. En otras palabras, es una forma más de pucherazo.

No resulta extraño, que muchos decidan no votar, pues ello a veces, parece hacernos cómplices de tamañas falsedades. La búsqueda de la verdad, es lo único que diferencia a las democracias limpias de las que son sólo un fraude.

Ahora asistimos a un baile de nombres, que los partidos sueltan como globos sonda para ver qué les parecen a los votantes. A veces ni eso, deciden con su reducida encuesta de militantes, o por la fuerza, quién será el personaje que nos propondrán. En esta fase preelectoral es donde se la juegan, y son tan necios, que repiten  sus candidatos  o nos sorprenden con individuos, que sólo ellos saben sus hipotéticos méritos.

El programa y la ideología son importantes, pero las personas que lo encarnan aún más. De ahí procede luego la corrupción. Al final,  votar será  un juego de lotería, aceptando como un acto de fe, que los partidos elegirán a personas íntegras.

Llevamos demasiados años votando, y perdida ya la batalla de listas abiertas, sólo queda rebelarnos contra la mentira de los que han estado o nos proponen elegir, pero antes de las elecciones; el problema es cómo. Los medios de comunicación libres, garantes de una sana opinión pública, tienen el deber de buscar la verdad en los candidatos, partidos y programas; sólo así alcanzaremos una democracia limpia y capaz de elegir a los más válidos.

O los partidos son capaces de sanear sus propios militantes, o será mejor que acudan a personas independientes y honradas, que se tomen la política  en serio y no como un egoísta medio de vida. De lo contrario, la mentira teñirá todo el proceso electoral, y lo que es más grave, invitará a muchos a votar en blanco o abstenerse para no seguirles el juego.

La única realidad contrastada a día de hoy, es que España está en una caída libre de su economía, el paro seguirá creciendo en 2011, los presupuestos son una herramienta inútil, pactada con una minoría interesada para seguir en el poder, bajando en credibilidad internacional, y la luz, no se ve por ningún lado. En estas condiciones, el listón de los aspirantes, debe estar mucho más alto que en otras ocasiones.

Que las próximas elecciones municipales y autonómicas sirvan de algo, ya no sólo es tarea del pueblo, sino de que los partidos y sus candidatos, sepan que la mentira ha sido la culpable del fango donde estamos inmersos.

Jesús Pérez López. Abogado.
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