www.diariocritico.com
La hora del té

La hora del té

jueves 30 de septiembre de 2010, 17:40h

Los republicanos se adentran en una nueva fase de radicalización

En 1861 Estados Unidos se adentró en una guerra civil por el control del alma de la nación. El Partido Republicano, surgido pocos años antes, era expresión de los valores del Norte y la elección del primer Presidente emanado de sus filas, Lincoln, fue el factor detonante de la secesión. Durante un largo período histórico este partido habría de constituir la expresión natural de la visión industrial y abierta a la inmigración, propia del Norte yanqui. Fue el partido que puso fin a la esclavitud y que buscó la inserción ciudadana de los negros sureños durante el llamado período de la Reconstrucción. El Sur, agrícola, populista, racista, contrario a la inmigración, socialmente conservador y evangélico, representaría el coto cautivo de los demócratas.

En 1933, y a raíz de la depresión que asoló al país, Roosevelt llega a la presidencia, sacudiendo hasta sus cimientos el panorama anterior. A él correspondió forjar una amplia y disímil coalición nacional, dentro de la cual los demócratas no sólo atraerían a su seno a las masas obreras del Norte, sino también a las poblaciones negra y judía y a importantes sectores de la intelectualidad urbana. Ello sin renunciar al sólido arraigo sobre los blancos del Sur. Los republicanos perdían así su primacía.

La política de los derechos civiles de Kennedy y Johnson, así como el empuje de la llamada "Nueva Izquierda" demócrata, en los sesenta y setenta, crearían un profundo malestar en el Sur blanco y evangélico que comenzará a migrar hacia el Partido Republicano. Este proceso habrá de coincidir, ya a final de los setenta, con el renacer del extremismo evangélico. Ello cambiará la faz del Partido Republicano, hasta entonces identificado con el protestantismo liberal.

También desde los sesenta comenzará a delinearse, al interior del Partido Republicano, una curiosa coalición cuyo denominador común venía dado por el rechazo a un gobierno federal fuerte. De acuerdo a la misma, el evangelismo sureño y el individualismo californiano se unían en un matrimonio de conveniencia, dando forma al llamado "cinturón del sol". Esta coalición habría de llevar a la presidencia a Nixon y a Reagan, echando por tierra la hegemonía política demócrata.

Durante los ochenta la influencia sureña se iría consolidando sobre el partido, trayendo consigo un énfasis en el estilo y valores propios de esta región. Ello ahuyentaría a los relajados californianos, pondría fín al "cinturón del sol" e incrementaría fuertemente el movimiento a la derecha. Los republicanos se consolidaban así como un partido tierra adentro.

En la actualidad los republicanos se adentran en una nueva fase de radicalización. Desde que Goldwater avasalló al "establishment" del partido, en los sesenta, éste ha sufrido empujes periódicos hacia una derecha cada vez más extrema. El llamado "Tea Party" (partida del té) amenaza con hacer de Bush hijo un socialista, por contraste. Figuras como Sarah Palin y Glenn Beck encarnan el futuro del partido. Da escalofríos pensar que esta gente pueda llegar a dominar al mundo.

 [email protected]

 

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios