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La crisis financiera que padece Europa generó el jueves nuevos agobios a los ya fastidiados contribuyentes de Irlanda cuando el gobierno anunció que debía inyectar al quebrantado sistema bancario otros miles de millones de euros de los impuestos.
Ante la nueva rebaja en la calificación de la deuda soberana de España por una tercera agencia evaluadora, los noticias provenientes de Dublín fueron una nueva confirmación de que los problemas del débito gubernamental que estremecieron a Europa en los últimos meses y llevaron casi a la quiebra a Grecia están todavía muy presentes.
La cantidad que Irlanda destinará para sacar de dificultades a los bancos -45.000 millones de euros (60.000 millones de dólares)- fue descrita como "horrible" por un funcionario, y ensanchará el déficit por un año a la cifra enorme de 32% de la actividad económica, la más elevada en Europa después de la Segunda Guerra Mundial.
No obstante, los mercados parecieron consolarse ante la perspectiva de que Irlanda había salido sin otros trances de lo peor de sus problemas. Los bonos de la deuda soberana del país subieron, las bolsas europeas de valores registraron pérdidas mínimas y autoridades de la Unión Europea expresaron confianza en la decisión irlandesa.
Irlanda le meterá otros 12.000 millones de euros (16.000 millones de dólares) a sus instituciones financieras en apuros crediticios. El ministro de Finanzas, Brian Lenihan, anunció que -con base en las conclusiones del Banco Central Irlandés difundidas el jueves- el gobierno gastará un total de 45.000 millones de euros (60.000 millones de dólares) para resucitar cinco bancos. La cantidad equivale a 10.000 euros por cada hombre, mujer y niño de Irlanda.
"Esto es un legado horrible, las cifras son paralizantes, y uno desearía que no tuviéramos este legado por la burbuja inmobiliaria y por nuestra banca. Pero lo tuvimos, tenemos que enfrentarlo", dijo el ministro de comunicaciones, Eamon Ryan.
Los bancos de Irlanda, en forma general, se endeudaron demasiado con acreedores extranjeros y colocaron el dinero en el mercado inmobiliario del país, que estaba saturado. Luego vieron la verdadera dimensión del desastre hace dos años cuando la crisis crediticia global hizo estallar la burbuja en los bienes raíces.
El comisionado de competitividad de la UE, Joaquín Almunia, dijo que el anuncio de Lenihan "trae claridad" y anticipó la aprobación del bloque a la intención de Irlanda de terminar con el rescate financiero, que ya lleva dos años.
Mientras, Moody's Investors Service degradó el jueves la calificación de la deuda soberana de España, al seguir una decisión similar de otras dos de las principales agencias de evaluación crediticia ante la inquietud por las finanzas públicas de ese país.