Preocupación empresarial por el incremento de la tarifa eléctrica

La empresa Energía y Gestión ASE,  que partició la ponencia técnica sobre el aumento de los coste energéticos que ha presentado el País Vasco ante el Ministerio de Industria, ha expuesto ante 60 empresas de Valladolid esta mañana en la Cámara Oficial de Comercio e Industria de Valladolid las conclusiones sobre la distribución tarifaria de la energía eléctrica.

 La jornada, que contó con una participación muy activa de las empresas vallisoletanas, abordó la evolución de los precios de la energía eléctrica, de candente actualidad y desasosiego para muchos empresarios, como lo demuestra el hecho de su masiva asistencia, preocupados por este asunto ya que la energía es el principal coste de producción de la actividad económica española.

 En la sesión, expertos en la materia expusieron las características del sistema eléctrico español, destacando las explicaciones de las constantes y desorbitadas subidas de precios para conjugar el llamado “déficit de tarifa”.

Este déficit de tarifa se produce fundamentalmente porque las compañías de producción eléctrica contabilizan sus ingresos devengados a un precio mayor al que cobran a los usuarios por caja, reconociéndolas el propio Estado el derecho a cobrar esta diferencia en el futuro incluso con intereses; es decir, trasladando en el tiempo un precio dejado de pagar por el usuario por el momento. “El déficit tarifario es parte del precio cuyo pago queda diferido”.

ORÍGENES DEL DÉFICIT TARIFARIO

Este agujero se comenzó a producir inicialmente hacia el año 2000 porque los sucesivos gobiernos no quisieron subir el precio de la energía para compensar los costes de su producción, habiéndose visto muy agravado últimamente por las primas que se han pagado al desarrollo de las energías renovables y por el exceso de capacidad instalada que dobla a la demanda real, de forma que, a finales de 2009 se sobrepasaban los 15.000 millones de €.

Como ejemplo, se citó el gran desarrollo en plantas fotovoltaicas, que invirtieron 22.000 millones de € en los cuatro últimos años para conseguir solamente el 2,5% de la producción total, lo que se hizo con una tecnología desfasada, ya que hoy se hubiesen construido por solamente 7.000, mientras se podría haber instalado, con aquel ingente capital, un parque de nucleares capaces de producir hasta el 25%.

Para tales inversiones,  hubo de primarse tanto la instalación como la obligatoriedad de compra a un precio muy superior al de otras tecnologías: el precio del KW/h que recibe  más ayudas, es el fotovoltaico (47 cts/€ frente a 4 la hidráulica).

Para el pago de estas abusivas primas se ha utilizado el extraordinario incremento de los precios de “las tarifas de acceso”  a las redes eléctricas, tanto para las 105.000 empresas conectadas a la alta tensión como para el resto de usuarios, que han visto, la mayoría, incrementado el precio de esta tarifa en un solo año en el 103%, lo que ha puesto al sector industrial, comercial y de servicios en una situación límite de pérdida de competitividad y al borde de la exclusión del mercado, al estar el precio que pagan muy por encima de sus competidores del exterior.

Esta tarifa de acceso también paga, además del uso de la red, los déficit de tarifa de años pasados, las primas a las renovables, así como la financiación de la errática política energética que cada gobierno decide en cada momento.