No hay manera. El Hipódromo de La Zarzuela necesita un giro de 180 grados. No es normal que seis horas después de la finalización de sus carreras, en su web ni siquiera haya una nota de prensa para informar acerca de lo que ha ocurrido en La Zarzuela. Tampoco, claro está, tenemos el video de las carreras en la página correspondiente. Nada de nada. Así se hace muy difícil escribir de caballos. Te dan ganas de gritar basta. Pero mañana los responsables seguirán en sus puestos. Nadie les dirá nada. La prensa seguirá ignorando el turf. Los aficionados seguirán pensando que no hay nada de qué preocuparse. Y esto seguirá más o menos como siempre. De ahí que hoy en DC del Turf lejos de hacer una crónica al uso, viendo las repeticiones, vayamos por sensaciones. Desde la tribuna. A lo mejor alguno lo agradece. Tal vez el que lo escribe.
Reconozco que esta mañana lo que más, y casi único, me importaba en La Zarzuela era ver a La Llanura. Ya en su día me impresionó. Hoy en el paddock estaba más afilada, más tranquila, más blanca si cabe. No había duda de que la primera carrera le había sentado de maravilla. Beroa, su rival, sin embargo no lucía tan esplendorosa. Carioka tampoco era nada del otro mundo, aunque sí estaba más perfilada y Lady Brockovich, más de lo mismo. No podía perder la blanca. Y no lo hizo. Vigiló de cerca las operaciones y a la entrada de la recta se fue a ganar sin oposición. Carioka remató por el exterior para ser segunda y Beroa, que había dado la cara como para ganar en un canter, se perdió en los últimos doscientos metros hasta ceder el bronce en beneficio de Lady Brockovich. Había cumplido ya en la jornada.
Antes, casi con la hora pegada al trasero, como en mí es habitual, me planté en el Hipódromo para ver la primera. No llegué a jugar. No tenía intención. Bastante con verles en la pista. A lo mejor lo agradezco a que Mágnum derribó a Nieves García antes de darse la salida. No lo sé. Lo que si sé es que el día menos pensado me llevo a uno de seguridad por delante. Coño, aparco en tribuna. Bueno, a las carreras. Me fastidió no ver a Granizo en el paddock. Es un caballo de planta impresionante. Como impresionante fue la recta que nos brindaron Nova Neyef, Don Pablos y Felipe el Hermoso. Ganó el Saf Saf, amparado en los palos, y en la poca medición del remate por parte de Marino Gomes, que con Don Pablos entró último en la recta y cuando remató para pasar a los dos punteros se rajó. Dónde yo vi la carrera me hubiera jugado un brazo a que pasaba primero por meta. No lo hizo. Felipe el Hermoso, poco forzado, peleó con ambos y mejorará su tercer puesto en la próxima. Tiene planta de buen caballo. Meneldor, esta vez no salió mal, pero no vino en la recta, aunque me sigue pareciendo mejor de lo demostrado.
Tras la victoria de La Llanura me crecí en taquillas. Otro error. Penny Lane me sacó los euros. Ganó Marzkor, un caballo que dejará ya la segunda parte, después de ser uno de los muchos que ha puesto en entredicho la difícil labor de los handicappers. Patricio fue otra vez segundo y Prince de Rouvres completó un trío, que empezaba a decirme que fuera prudente en mi paso por taquillas.
Poco después, Inkhayan, más de lo mismo, nueva victoria repetida en handicap. Gran caballo este alazán, que sí me parecía superior al lote, y gran jockey el líder de la estadística. Caníbal recuperó valores para ser segundo y Argaly tuvo un apunte ganador, pero se tuvo que conformar con el tercer puesto. Orgi, favorito unánime, no mostró el remate de su última. ¿Irregular?
Tenía mucha fe en Sirenita. Me cae bien la yegua. Era un sprint puro. Con especialistas, pero no pudo ser. Quizá no tuvo la misma fe Grosjean. Ortiz de Urbina, jinete de Rayo Negro, sí la tuvo. Quizá ahí estuvo el cuello que les separó en la meta. A mí me hizo polvo la jornada en taquillas, ya que el tres años de la cuadra San Cristóbal (a la que he echado de menos en las subastas) no me terminaba de convencer en Madrid y la yegua de Saf Saf me había llevado a taquillas como un bendito. El fútbol es así. Un cuello separó una gran jornada, de una más. Pero a mí me queda el orgullo de morir con mis ideas. Sirenita lo hizo con su jockey y Newby, con su esfuerzo, porque Iván López le arreó de lo lindo. En esta carrera dos apuntes. Aranel corrió muy falto y sin ser exigido. Y así lucía en el paddock. A la próxima. Y As de Trébol, espectacular en el anillo previo a la carrera, se quedó con sensaciones de que la línea recta le es insuficiente. Pero vuelve, poco a poco. Y es muy bueno.
Grosjean sí ganó con Salcedo para firmar su doblete, lo mismo que había hecho Jeremy Crocquevieille. No había duda. Era un día francés. No hay tiempo que perder. A ver el Arco. Ahí sí que te puedes recrear con todo tipo de información. ¿Otro deporte? No, el mismo. Otros responsables. Y otros resultados. Por cierto nos cuentan que allí estuvo José Luis Martínez, como un aficionado más, disfrutando del triunfo de Workforce. No me extraña. Quién pudiera.