El Senado y los toros

    La propuesta del Partido Popular de declarar la fiesta de los toros como 'Bien de Interés Cultural' ha sido rechazada ayer en el Senado. El portavoz del PP Pío García-Escudero, que es un gran aficionado a la tauromaquia, hizo el paseíllo hacia la tribuna de oradores como quien sale al ruedo de Las Ventas, aunque sin música de pasodoble. Pronunció un discurso apasionado, con referencias literarias, pictóricas y musicales, y en el que tampoco faltaron menciones a la historia, la tradición, el sentimiento y la pasión de muchos miles de españoles. A García-Escudero no sólo le escucharon sus compañeros de la Cámara Alta, entre los que hubo división de opiniones (exactamente 129 votos en contra y 117 a favor), sino que en la tribuna de público se encontraban más de medio centenar de personajes del mundo del toro  (el ganadero Victorino Martín y los diestros Joselillo y David Mora entre ellos) quienes, naturalmente, aplaudieron la faena del senador.

    Al final, García-Escudero anunció que su grupo político estudia recurrir  ante el Tribunal Constitucional la decisión anti-taurina del parlamento de Cataluña, señalando la incoherencia de prohibir las corridas de toros y permitir los 'correbous'.

    “Si yo fuera toro -manifestó el apasionado senador-  preferiría morir en una plaza después de veinte minutos de lucha, y NO tras sufrir una larga agonía como en los 'correbous' o las capeas para después morir en la oscuridad de un matadero”.

    Es llamativo, además, que a los senadores socialistas, al contrario de lo ocurrido con sus compañeros catalanes, no se les dio libertad de voto, sino que oponerse a la moción popular era obligado, apelando a una cuestión técnica de competencias, poniendo el asunto en manos de las comunidades autónomas.

    De quien no sabemos si es aficionado o no a los toros es un vecino de la localidad de Alcoletge, en Lérida, condenado a una multa de más de 2.000 euros por haber maltratado a su perro, al que arrastró, atado al parachoques de su coche, a lo largo de 700 metros por un camino rural. El pobre perro resultó malherido, pero aún con vida, por lo que el dueño prosiguió con la tortura arrojándolo desde un puente a la autovía y causándole la muerte.  No sé lo que dirá este tipo brutal de la fiesta de los toros, pero quizá milite en las filas de sus detractores.

    En fin, que muy mal lo del maltratador canino, que olé por Pio García-Escudero, y  que a ver si alguien se digna a explicarnos por qué esa furia contra el arte de Cúchares y de Juan Belmonte y de José Tomás, y por qué esa hipócrita tolerancia hacia los 'correbous' en Cataluña.



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