Una decisión valiente

Después de catorce años con escolta, el empresario vasco José María Ruiz Uchegui, de 63 años y que fue secretario general de la patronal de Guipuzcoa, ha renunciado a la protección. Su argumento: “estoy harto de la falta de libertad, y me la tomo por mi cuenta”. Así se lo ha comunicado al consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares, al tiempo que agradece el apoyo recibido en estos años, desde que la banda asesina ETA intentase acabar con su vida en 1996, colocando una bomba-lapa en su coche.
   
El miedo es libre y toda prudencia es poca, pero aquí tenemos un caso, su caso, José María Ruiz Uchegui, que es el de una persona que se rebela contra el régimen de terror que los mafiosos del hacha y de la serpiente han instaurado en Euzkadi. De una persona que, con  respeto y con gratitud hacia quienes llevan años velando por su vida, ha tomado la decisión de acudir a su trabajo sin la compañía de guardaespaldas, de salir a la calle solo, de comportarse con la normalidad con que se mueve cualquier ciudadano en un país libre.
   
Ojalá su decisión, señor Ruiz Uchegui, sea un síntoma o un presagio de que el País Vasco es, ya en estos momentos, una comunidad que ha salido de una pesadilla, y en la que la razón se haya impuesto al fanatismo. Quiera Dios que su rebeldía se cimiente en la esperanza, que los etarras arrojen las armas, y que su ángel de la guarda  (ni el suyo ni el de nadie) necesite refuerzos en las calles entrañables de Euzkadi, en las ciudades, en las aldeas, en los caseríos. Apostamos porque su decisión sean un paso adelante, y no sólo de un individuo sino de una sociedad en la que es evidente que se está ganando la batalla al sistema de chantajes y amenazas, y que aunque la serpiente aún colea y aunque el hacha no haya sido enterrada, ya hay vascos exiliados que regresan a su paraíso, a la tierra de sus amores.
   
Está claro que estas actitudes son arriesgadas, que pueden ser hasta polémicas, que hay personas cuya decisión de seguir con escolta es muy respetable. Pero su valentía, señor Ruiz Uchegui, tiene algo del signo de la paloma que, regresando al arca de Noé con una rama de olivo en el pico, anunció que se habían dispersado los nubarrones del diluvio universal. Le deseo todo lo mejor.