Se buscan 3.000 millones... por si fallan las previsiones del Gobierno

El incumplimiento de los objetivos de crecimiento marcados por el Gobiermo no es nuevo: ya lo hizo el pasado año al presentar unos presupuestos que quedaron desfasados desde el primer mes de aplicación, pero este año alguien más vigila el cumplimiento. Bruselas marcó directamente las directrices de reconducción de los objetivos de déficit marcados en el plan de austeridad, que obligan a un recorte del 6% del PIB para el próximo año, frente al 9,3% previsto por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para este año.

La primera organización en llamar la atención sobre la incertidumbre de cumplimiento del escenario dibujado por el Gobierno ha sido Funcas, la Fundación de las Cajas de Ahorro, que pinta un escenario de crecimiento del 0,6% para el próximo ejercicio, Con este dato,  el Ejecutivo tendrá que hacer un ajuste adicional de unos 3.500 millones de euros, el equivalente a esas 3,5 décimas del PIB, para cumplir con el objetivo de déficit que estipula el plan de austeridad fijado por Bruselas, el famoso 6%.  Esos 3.500 millones son el doble de lo que se ahorrará el Gobierno con la congelación de las pensiones en 2011.

El Banco Central entra al trapo

En esta línea, el Banco Central Europeo (BCE) dio ayer un nuevo toque de atención al Gobierno español y a los de otros países con déficit de la zona euro para que acometan reformas estructurales que ayuden a corregir los desequilibrios macroeconómicos en la región. Fue Axel Weber, miembro del consejo de gobierno del BCE y presidente del Bundesbank, quien además de reclamarles esas medidas precisó que los países que tienen superávit pueden hacer muy poco por corregir los desequilibrios de aquellos que, como España, tienen problemas de competitividad y de un elevado endeudamiento.

Durante su discurso —pronunciado ante la Asociación de Política Exterior de Nueva York—, Weber manifestó que aunque Alemania aumentara sus importaciones un 10%, eso sólo se traduciría en un incremento del 0,25% en el PIB de España, Portugal o Grecia. Añadió que el aumento del consumo interno en los países con superávit no solucionaría las causas de los problemas económicos que tienen algunos países, como es el de la burbuja inmobiliaria en España e Irlanda, el déficit público en Grecia y el consumo privado en Portugal.

Y dió un recado de nuevo a España: el consejero del BCE indicó que las reformas estructurales son necesarias para mejorar la competitividad de las empresas domésticas, con un incremento de la productividad y la contención de los costes. Además, "los gobiernos de estos países deben aumentar la flexibilidad del mercado laboral y consolidar sus presupuestos", aseveró.

Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI), daba un varapalo a las cifras del equipo de Zapatero al anunciar unas previsiones para España mucho más austeras (concretamente, situaba el crecimiento para 2011 en el 0,7%, con lo que el recorte adicional del Gobierno debería ser de 3.000 millones). Y se refería de nuevo, a la necesidad de un plan B económico.

"Sé que la terminología del plan B se ha utilizado. Usted lo puede llamar plan B o lo puede llamar de otra manera. Lo importante es que si uno se compromete a que la cifra llegue al 6%, pero las perspectivas económicas no son las que uno pensaba, se debe comprometer a actuar de forma complementaria con las medidas correctoras necesarias para conseguir ese objetivo. Bajo un escenario macroeconómico u otro. Pero hay que conseguirlo", respondía a un periodista en el encuentro José Viñals, asesor del director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn.

"Si, en algún momento, se registra una desviación en la senda de contención del desequilibrio presupuestario, deben aplicarse las medidas de corrección necesarias con la mayor premura posible", insistió Viñals.