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Puesta de largo

Puesta de largo

martes 19 de octubre de 2010, 18:44h

El día 8-10-10, en el Museu d’Història de Catalunya, tuvo lugar la presentación a la sociedad catalana del Diariocrítico de Catalunya, uno de esos ‘papeles digitales' que ahora substituyen a los papeles de papel reciclado que todavía viven su aletargada existencia en los quioscos, junto a chicles, paquetes de tabaco y algún libro barato. La peculiaridad de ese concreto mass-media digital estriba en su federalismo informativo, tal y como nos advirtió su fundador y director Fernando Jáuregui Campuzano, quién por lo que sé, en lugar de nacer con un pan bajo el brazo, como hacen los niños solidarios, nació sonriente y leyendo un periódico, cosa sorprendente que obviamente debió de marcar su destino.

Don Jáuregui, que dice que no le gustan los blogs por aquello de la posible competencia, tiene un blog llamado ‘Cenáculos y Mentideros’ donde expone sus ansias informativas y sus estados de ánimo. Allí es donde nos cuenta que cuando viene a Catalunya (como en esta ocasión) ‘me parece estar pisando la cuerda floja’, lugar donde los equilibristas profesionales demuestran su destreza, mientras los espectadores asombrados aplauden las peligrosas piruetas, tal y como ocurrió en este caso, mientras con destreza vaticanista y buen talante exponía la doctrina de la Alianza de las Civilizaciones.

A continuación, Jesús Conte, director de la Federación Catalana del DC., inició su oratoria disparando andanadas propias de la teología de la liberación y citando frases tan definitivas y admonitorias como la de Duran i Bas: "no ens entendran mai", frase que se nos antoja una fotografía emocional de la realidad catalana actual. Sin embargo, recordando que estábamos celebrando la puesta de largo de nuestra Pubilla, añadió que, como lo digital no va reñido con lo valiente, DC es un puente pedagógico, de amistad y de mutuo entendimiento confesional. La metáfora poética recibió el ‘nihil obstat’ de los asistentes entre los que figuraban Luis del Olmo y Raimon Martínez Fraile, como miembros del consejo editorial, así como emblemáticas figuras de la política como Oriol Pujol, portavoz de CIU, Dolors Montserrat por el PP, Albert Rivera por C's, y otras procedentes de la cultura y de las artes.

También se hallaban presentes algunos de los sufridos colaboradores del nuevo imperio informático, como moi même, que aproveche la magnífica ocasión para zamparme un par de ostras y unas deliciosas croquetas, mientras meditaba sobre el conflicto árabe-israelí, preguntándome por qué esta gente no nos imitaban y clonaban un digital parecido para resolver sus problemas.

Las ostras, alimento que algunos depravados consideran afrodisíaco, a mi me producen éxtasis espirituales, encontrándome sin proponérmelo en senda de meditaciones, y como le ocurría a San Juan de la Cruz, envuelta mi alma en zozobras, me dije a mi mismo, si sería posible criticar al crítico diario, si bien pensando que el verbo criticar tiene múltiples acepciones, inclinose mi alma por el modismo anglosajón ‘brainstorming’, aquellas tempestades espirituales que tanto perturbaban al santo varón y que las empresas utilizan para mejorar sus productos.

Andando por tales veredas se me ocurrió que, como no solo de política vive el hombre, bien se podrían dejar en el DC, algunos espacios para la cultura (crítica literaria, de películas, teatro, exposiciones, jarrones chinos de la dinastía Ming…). Y, lo mismo cabria decir de algún rincón dedicado al humor, que es la mejor terapia contra las maldades de los políticos y los males de la cultura, (y aquí mi alma se acordó de El Perich, el Eugenio, Capri y también se solazó con la Codorniz, el Jueves el Forges, el Roto, o el Gila ).

Y hallándome en este trance mi alter ego de lector rumió que si las noticias forman los huesos y esqueleto, la carne apetitosa proviene de otras escenografías, puesto que si todo está dicho, debe esforzarse uno en buscar otras complicaciones y rarezas, otras sugerencias que entretengan y alimenten los apetitos del pensamiento. No olvidemos que el lector, como gastrónomo, busca su alimento en los mejores restaurantes. Y, recordando al ínclito San Juan de la Cruz, mi alma se ausentó del estimulante simposio.

Olvidada la última croqueta

¡Oh dichosa ventura!

Salí sin ser notada,

Estando ya mi casa sosegada.

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