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El 'síndrome Valdeón'

miércoles 20 de octubre de 2010, 18:01h

“Dícese del temor preelectoral que se apodera del político con cargo de primer nivel en la Junta o en las Cortes susceptible de ser elegido por el presidente Herrera para asumir la candidatura del PP a la Alcaldía de la capital de su provincia de origen”.

Con estas palabras alguien definió hace algún tiempo el denominado “síndrome Valdeón”, que toma su nombre de la ex Consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, quién, en vísperas de las anteriores elecciones municipales, hubo de abandonar su cargo en la Junta para encabezar la lista del PP al ayuntamiento de Zamora.

A menos de siete meses de dichas elecciones, y con esas candidaturas por resolver, hay más de un político expuesto a dicho “síndrome”. Uno de los potencialmente afectados es el Consejero de Fomento, el leonés Antonio Silván. Si la elección del candidato a la Alcaldía de León dependiera exclusivamente de la presidenta provincial del PP, Isabel Carrasco, Silván estaría completamente a salvo. Ni él ni el procurador García Prieto correrían el riesgo de ser elegidos. Pero el asunto se le ha ido completamente de las manos a la impulsiva Carrasco, que tiene al PP leonés convertido en una jaula de grillos.

A consecuencia de ese guirigay la decisión recaerá en Génova y María de Molina, con lo cual Silván y García Prieto no pueden darse por descartados. El consejero de Fomento siempre ha estado dispuesto a hacerse cargo, si llega el caso, de la presidencia provincial del PP, pero tener que asumir la candidatura a la Alcaldía sería para él un verdadero marrón.

Eso mismo, un auténtico marrón, sería para el portavoz del grupo popular en las Cortes Regionales, Carlos Fernández Carriedo, tener que convertirse en el candidato a la alcaldía de Palencia. En este caso, al tratarse del presidente provincial del PP, Carriedo dispone de margen de maniobra para endosar la candidatura a otro notable del partido. Pero ha de ser alguien con proyección suficiente para poder asaltar el fortín socialista de Heliodoro Gallego. La opción de Celinda García huele a pasado y derrota, la situación exige otra alternativa y tampoco sirve cualquier “Wally” que se ofrezca solícitamente.

O Carriedo encuentra candidato solvente o él mismo puede obligado a cargar con esa cruz. Eso sí, como prototipo de político-probeta disciplinado donde los haya asumiría la carga con absoluta resignación. Impensable que alguien como él, o como Silván, rehusaran el encargo como se atrevió a hacerlo hace cuatro años Silvia Clemente respecto a la alcaldía de Segovia. Lo de sobrevivir en la Junta a esa negativa, como lo hizo la consejera segoviana, ha de tomarse como un prodigio irrepetible.

Completamente distinto es lo del Consejero de Justicia e Interior, Alfonso Fernández Mañueco, quien parece ser que se está pensando ser candidato a la alcaldía de Salamanca. Si Mañueco finalmente asume esa candidatura será por voluntad propia, no porque nadie le conmine a hacerlo. Eso sí,  tengo la impresión de que si tomara esa decisión  ni Juan Vicente Herrera ni el doble pivote formado por José Antonio De Santiago-Juárez y Tomás Villanueva se esforzarían mucho en disuadirle del empeño. Ese mutis por el foro helmántico dejaría libre un puesto en el futuro Consejo de Gobierno y pondría fecha de caducidad al actual secretario regional del partido. Sobrados motivos por los que destacados correligionarios celebrarían por todo lo alto que Mañueco diera ese paso.

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