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La Relación Transatlántica en 2010

La Relación Transatlántica en 2010

domingo 24 de octubre de 2010, 08:27h
La primera gran cita que tiene por delante la Unión Europea es, sin género de duda, la próxima cumbre Unión Europea – Estados Unidos que se celebrará en Lisboa el 20 de noviembre de 2010. La cita, que no pudo obtener la, en gran medida fallida, Presidencia española del Consejo del primer semestre de este año que parecía querer evocar la sombra del felipismo, pues fue en la Cumbre de Madrid de 3 de diciembre de 1995 donde se firmó la Nueva Agenda Transatlántica y el Plan de Acción Conjunta con 120 ámbitos de cooperación para gloria del entonces Presidente del Consejo, Felipe González. ¿No era un sueño firmar la nueva agenda en Madrid 2010 con la presencia impresionante del Presidente Barack Obama, sobretodo cuando la Posición Española 2010 sobre las relaciones transatlánticas recordaba los 15 años de la nueva Agenda y entendía que la Cumbre 2010 sería “la ocasión propicia para buscar relanzar nuevamente la ya larga y rica tradición de diálogo y trabajo y conjunto entre la UE y los Estados Unidos”? (CAGRE RREE 06 Relaciones Transatlántica EE.UU) .

Pero aquel sueño de nuestro actual Gobierno, de quien ciertamente hay que apreciar su acercamiento inteligente, hábil y necesario a Washington, se desvaneció para desgracia de nuestra Presidencia planetaria –Pajín dixit-. Está claro que la decisión de la fecha y lugar se hizo en Washington y en Bruselas y que los muñidores de esta reunión fueron, por parte de la Unión Europea, Herman Van Rompuy que ejerce de Presidente del Consejo Europeo desde el mismo día 1 de enero en que lo nombraron y Jose Manuel Durao Barroso que inteligentemente ha sugerido la coincidencia de esta cumbre y de su lugar pues estaba prevista la Cumbre de la OTAN en Lisboa el 19 y 20 de noviembre y por tanto, el Presidente Obama tiene, al mismo tiempo que la Cumbre europea, la Cumbre OTAN sobre la que tenemos, el día 25 de octubre en Madrid, una interesante cita que ofrece la Asociación Atlántica Española, patrocinada por nuestros Ministerios de Defensa y de Asuntos Exteriores en la sede de la Asociación de la Prensa.

    Evidentemente la Cumbre de la OTAN trata que de lo que le corresponde, básicamente Afganistán y revitalización de la Alianza para afrontar la seguridad global y promover la democracia. Apenas hace unas jornadas se volvió a plantear la cuestión de la alarma ante las amenazas terroristas por parte de los Estados Unidos a lo que los Ministros de Interior de la Unión Europea contestaron con una preocupación ante dicho alarmismo si bien aceptando que la amenaza es grave y seria, tal como ha reconocido Gilles de Kerchove, coordinador de política antiterrorista de la UE.

    Con respecto a la Unión Europea, y teniendo en cuenta que de este primer semestre de 2010 bajo Presidencia española se cerraron dos temas importantes, la culminación de una Zona Transatlántica Común de Aviación, Acuerdo de Cielos Abiertos, que abarcará el 60% del tráfico mundial de pasajeros, que llevaba dando vueltas desde el Consejo de 25 de abril de 2007 y la firma el 28 de junio del acuerdo sobre transferencia de datos bancarios (Swift), con el objetivo de que sea posible seguir la pista financiera de presuntos terroristas, acuerdo firmado en representación de la Unión Europea por nuestro importante Ministro del Interior y ahora también Vicepresidente Primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el encargado de negocios de la Embajada de Estados Unidos ante la UE, Michael Dodman, la situación debe ser más clara y situarse preferentemente en el marco del deseado por ambas partes “Mercado Transatlántico Integrado para 2015”, proyecto legitimado por el Parlamento Europeo en mayo de 2008, que ya tiene su tiempo y en el que se avanza en el marco del Consejo Económico Transatlántico creado el 30 de abril de 2007 –ver el anexo de la cuarta reunión “Exámen de los progresos”, 27 de octubre de 2009-.

Por cierto, este importante Consejo Económico Transatlántico fue impulsado inteligentemente por Angela Merkel en enero de 2007, al principio de ésta que sí fue una decisiva Presidencia del Consejo, y que acabó con la creación del “Consejo Económico Transatlántico” (30 de abril de 2007) para que luego alguien como Donald Rumsfeld, por suerte jubilado, lanzase en 2003 para tapar su descontento irónicos comentarios sobre “la vieja Europa”, léase sobre el peso de Alemania y Francia en la Unión Europea. Las conversaciones de la pasada semana entre Hillary Clinton y la Alta Representante de la UE, Catherine Ashton, así como con el Presidente del Consejo Europeo Herman Van Rompuy y el Presidente y líderes políticos del Parlamento Europeo, han planeado positivamente sobre la renovación del compromiso transatlántico.

La Casa Blanca ha reconocido en un comunicado que “Estados Unidos no tiene ningún socio más fuerte que Europa a la hora de impulsar la seguridad y la prosperidad en el mundo. EEUU y la Unión Europea están trabajando continuamente juntos para avanzar en una agenda amplia basada en una historia común, valores compartidos y lazos duraderos… la relación económica entre EE.UU. y la UE "es vital para la prosperidad global" y por ello el Gobierno estadounidense “está comprometido a cooperar con Europa para promover un crecimiento fuerte y sostenido … Estamos unidos en nuestros esfuerzos de proteger a nuestros ciudadanos y promover la seguridad global al luchar contra el terrorismo y prevenir la proliferación de armas de destrucción masiva… Estados Unidos y Europa avanzan juntos en los ideales de la democracia y de los derechos humanos, que son esenciales en sociedades libres”.

    Evidentemente la crisis económica y financiera marca ya una parte central de la Cumbre, coordinación de las políticas financieras, regulación más enérgica del sector financiero y desarrollo del comercio entre Estados Unidos y la UE, valorado en 4,28 billones de dólares que se considera esencial para el avance continuo de la recuperación. En todo caso sobre la Cumbre pesan dos cuestiones laterales: el escenario político del Presidente Obama en la cuerda floja del 2 de noviembre, en donde puede perder la mayoría en las legislativas tras una importante caída en su popularidad y unas preferencias generales de los republicanos de 7 a 11 puntos en las encuestas; y, en el escenario europeo, la pasada Cumbre tripartita de Deauville celebrada el 19 de octubre entre Alemania, Francia y Rusia, una oportunidad para Sarkozy, que asume la Presidencia del G-20 en noviembre y del G-8 en enero, en medio de una polémica interior.

La reunión de Deauville proponía un diálogo importante entre la Unión y el gigante de la energía, que representado por el Presidente Medvedev, un verdadero ahijado de Putin, quien lo rescató para la política desde la Presidencia del consejo de vigilancia de Gazprom. No olvidemos que ambos nacieron en San Petesburgo, que Putin realizó su doctorado sobre la economía de los recursos naturales y Medvedev era profesor de Derecho civil en San Petesburgo. Evidentemente, en la cumbre de Dauville se trata de consolidar una troika sin ofender a Estados Unidos, mientras que la Alianza Atlántica corteja a Medvedev y lo quiere en su cita de Lisboa para invitarle a colaborar en su proyecto de escudo antimisiles que proteja al territorio y a las poblaciones europeas, proyecto muy distinto del famoso escudo antimisiles de largo alcance que era muy mal visto por Moscú y que ha quedado en el olvido. Queda por tanto la cita del 20 de noviembre en Lisboa, destinada preferentemente a reforzar el papel de la seguridad en Europa.
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