lunes 25 de octubre de 2010, 21:45h
Con la remodelación del Gobierno de Zapatero, muchos se habrán enterado de que a la ya ex vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega la conocían como la “lucecita de La Moncloa”, pues no era extraño que a las tantas de la madrugada siguiera en su despacho.
En el Gobierno central, sobre todo en La Moncloa, la mayoría de los que trabajan allí (políticos o no) tienen un apodo o sobrenombre. Y estos, los apodos, no son algo exclusivo de ese centro de poder ni de los pueblos. Si les preguntáramos a quién llaman “incontinente” en el Ayuntamiento de Valladolid, todos sabrían la respuesta.
Hoy queremos que realicen un ejercicio de adivinación e intenten reconocer qué personas del Gobierno autonómico se esconden tras los siguientes apelativos o sobrenombres. Nini, Sisi, Pipi o Doña Pi, el Rector, el Tortuga, el Mentalista, son apodos de consejeros. A otros de menor rango se les conoce como el Garbancito, el Cierrabares, el mayordomo o las vuvuzelas de Herrera.
Es más, existe un Departamento que es conocido como la Colifata y otro como Guantánamo, y un colectivo pensante que responde al nombre de Sabios.
Existen muchos más, pues nunca falta en el trabajo algún creador de apodos, generalmente sin acritud. Y si no que levante el brazo quien alguna vez no haya sido motejado, con un nombre divertido, de cariño…