Había expectación por comprobar el estreno de
Pérez Rubalcaba como vicepresidente primero en las preguntas que habitualmente hace la portavoz del PP,
Soraya Sáenz de Santamaría, al "número dos" del PSOE, sea De la Vega, Salgado o Rubalcaba como ahora mismo. Santamaría suele llevar muy preparadas, con mucha carga, sus preguntas, e incluso ha llegado a producir algún grado de crispación en sus interlocutoras anteriores por la "crudeza" o radicalidad de su presentación. Hay quien augura y recomienda a doña Soraya un cambio de actitud, hacia actitudes más relajadas, si no quiere resultar arrollada por la experiencia, contundencia y eficacia de su nuevo contrincante. Soraya se estrenó este miércoles con la repetida reclamación de que se deje sin vigor la congelación de pensiones. Rubalcaba se limitó a recordar que debe cumplirse una ley aprobada por el Congreso el 27 de mayo. Y sólo en la argumentación de la segunda parte de la pregunta, Rubalcaba contraatacó, proclamando la profunda condición antisocial de la política de los gobiernos del PP.
"Son adalides de las políticas sociales en la oposición, pero profundamente antisociales cuando gobiernan", dijo Rubalcaba, recordando la comparación de elevación de las pensiones en los años de
Aznar y en los años de Zapatero: tres veces más por este último.
Con la cual, Rubalcaba añade otra grave acusación a las ya vertidas recientemente contra el PP. Hace pocos días, dijo Rubalcaba que los populares padecen una apreciable genética machista, en referencia a las declaraciones del alcalde
De la Riva sobre la ministra
Pajín. Y añadió su opinión de que los dirigentes "populares" venían observando la crisis cómodamente instalados en un barco mientras el Gobierno y el PSOE se esfuerzan por conducir hábilmente ese barco en aguas turbulentas... O sea, machistas, vagos y ahora contradictorios o demagógicos. Es la característica del nuevo "hombre fuerte" del Gobierno, que no se casa con nadie, que está a la vuelta de todo, y que, por ello, dará ocasión a apasionante debates y diatribas con la "descarada" portavoz del PP.
Eso sí, el Partido Popular se ha lanzado en tromba contra el nuevo lugarteniente de
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Zapatero, y Pérez Rubalcaba, tuvo que soportar una andanada de durísimas críticas y acusaciones que han ido "in crescendo" a lo largo de la sesión de control al Gobierno. Sáenz de Santamaría había arrancado fuerte: "Tiene usted el encargo de explicar mejor lo mal que gobierna Zapatero". Y acusó a los socialistas de romper unilateralmente el consenso del Pacto de Toledo. "Más de lo mismo y por los mismos", sentenció luego. "Hace falta mucho más que química para transformar la mentira en verdad", afirmó la portavoz haciendo referencia a la condición de químico de Rubalcaba que se ha limitado a devolver el golpe asegurando que "el PP es un partido antisocial" que sólo sale en defensa de trabajadores y pensionistas cuando se encuentra en la oposición.
La tensión subió muchos enteros cuando tomó el relevo en el uso de la palabra el diputado del PP,
Rafael Hernando: "Lo que es antisocial es crear más de tres millones de parados". Después pasó a su pregunta centrada en el caso Malaya y en la persona que se oculta tras el acrónimo J.A.G, que según el PP no es otro que el comisario general de Policía Judicial, Juan
Antonio González, un asunto que, como el del caso Faisán, persigue a Rubalcaba en su condición de ministro del Interior. Hernando acusó a Rubalcaba de actuar de manera "indecente" intentando "tapar" y "obstaculizar" la investigación de los jueces, al tiempo que incrementa la presión contra el PP utilizando una "camarilla policial, judicial y mediática". Y es que para el PP, el nombramiento de Rubalcaba como número dos del Gobierno no hace sino demostrar que el Gobierno de Zapatero se ha instalado en "la mentira y la involución".
"Usted tapó el Gal", le ha recordado Hernando. "Usted pierde el pelo, pero no el vicio, llegó a decirle. Son ustedes un anacronismo". Rubalcaba respondió reprochándole al PP su "táctica de tapar a los corruptos" que se encuentran en sus propias filas, "aún a costa", ha dicho, "de atacar a las instituciones del Estado". Y, por último, Gil Lázaro remató el primer asalto de la batalla contra el nuevo número dos del Gobierno. El diputado popular, como viene haciendo desde incontables semanas, ha puesto sobre la mesa, de nuevo, el caso Faisán. "El chivatazo", ha dicho, "lleva la marca Rubalcaba". "Es usted el representante del felipismo hundido en los crímenes de Estado", le acusó. "Zapatero y usted son la X del Faisán".
Rubalcaba aparentemente no se inmutó y sólo denunció que estaba siendo "insultado y calumniado" por los representantes de la oposición. En resumidas cuentas, que el pleno no defraudó, y que los miércoles se anuncian apasionantes en intercambio de ataques desde y contra Rubalcaba.
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