Borrell dijo 'no' a Montilla para la Alcaldía de Barcelona

Lo cierto es que, según nuestras fuentes, Borrell ni se lo pensó: dio un escueto, frío y definitivo 'no' por respuesta. En su mente, nos comentan, han quedado muy grabadas las imágenes de cuando, allá por los albores del 2000, tuvo que dimitir como candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno por la corrupción de ex altos cargos de la Inspección de Hacienda que él había arropado años antes, cuando mandaba en ese departamento. Fue tan 'sucia' aquella jugada -que muchos han interpretaron en clave interna- que a Borrell aún le duele.

En cualquier caso, hubiera quedado por ver la 'chance' de este político, nacido en la Seu d'Urgell pero con domicilio en Majadahonda, en la lucha barcelonesa. A Borrell se le recuerda más como ministro de Hacienda o presidente -amén de diputado- del Parlamento Europeo. Pero con poco contacto con la política catalana.

Sea como fuere, dadas las calabazas por Borrell, Montilla ya no sabe qué hacer para la Alcaldía barcelonesa, para la cual Trias es un terrible oponente, según encuestas. El candidato socialista -nos siguen diciendo- no se fijará, por tanto, hasta enero, y existen tres posibilidades: que repita Hereu -que quiere repetir, aunque pierda-, o que se nombre a Montserrat Tura -sobrina del ex ministro de Felipe González, ya fallecido, Jordi Solé Tura- o al consejero de Economía y Finanzas de la Generalitat de Cataluña, Antoni Castells.

Pero si bien la primera de estas opciones -aunque tal vez suicida- pueda ser posible, más difícil parece que Montserrat Tura, que figura en las listas al Parlament como número dos de José Montilla, acepte el cargo. No por una incompatibilidad que no existe sino porque los destinos de la política socialista parecen más encaminados, por voluntad propia, a centrar esfuerzos en, quién sabe, si ser candidata socialista a la Generalitat: una derrota como alcaldable perjudicaría esa carrera.

Tampoco Antoni Castells parece estar muy por la labor, después de haberse retirado de las listas al Parlament precisamente por discrepancias ideológicas -básicamente, por cuestiones de nacionalismo- con el PSC.