www.diariocritico.com
Cortar, recortar y despedir

Cortar, recortar y despedir

jueves 28 de octubre de 2010, 17:13h

La austeridad es vista como la medicina amarga que permitirá recuperar la confianza

En el prefacio de su Teoría General, publicada en 1936, John Maynard Keynes señalaba: "Las ideas aquí expresadas son extremadamente simples y deberían resultar obvias. La dificultad reside no en las nuevas ideas sino en escapar de las viejas, cuyas ramificaciones se extienden hasta el último rincón de nuestras mentes" (Michael Stewart, Keynes and After, London, 1973). Lo obvio era que si los gobiernos querían estimular el empleo, debían a la vez estimular la demanda. En otras palabras, para hacer frente a las situaciones de alto desempleo los gobiernos debían gastar y redistribuir la renta, asumiendo los déficit presupuestarios como un mal menor. Entre las viejas ideas a las que se refería Keynes se encontraba la de creer que para salir de las crisis era necesaria la confianza y que para estimular esta última se requería de austeridad fiscal.

Desde luego, a 74 años de la publicación de la Teoría General, tan "viejas" resultan las ideas de Keynes como las que las precedieron. La diferencia radica en que las suyas demostraron su eficacia para salir de una gigantesca depresión, mientras que la ortodoxia precedente sólo sirvió para ahondar aquella. En estos momentos, sin embargo, pareciéramos asistir al funeral de las ideas de Keynes y al renacimiento de las que propugnaban la austeridad en situaciones de crisis. Los gobiernos europeos y las autoridades estatales y locales norteamericanas cortan, recortan y despiden, mientras que los candidatos republicanos al Congreso de Estados Unidos blanden la austeridad fiscal como grito de guerra. Poco puede un keynesiano como Obama frente a esta avalancha generalizada que se le viene encima.

Nada ayuda a éste, desde luego, el alto desempleo presente en su país. Ello a pesar de que, como bien señala el Premio Nobel de Economía Paul Krugman, los programas que sustentarían la expansión del gasto público aprobado no han logrado materializarse aún más que de manera parcial ("Hey, small spender", International Herald Tribune, 12 septiembre, 2010). Y, a pesar también, que como han señalado dos de los más reputados economistas estadounidenses, Alan Blinder y Mark Zandi, las políticas expansivas desarrolladas hasta ahora evitaron la pérdida de 8,5 millones de empleos. Al otro extremo de la barrera se esgrimen las virtudes de la austeridad, poniéndose a Alemania como paradigma. Ello no obstante, como también señala Krugman, que la austeridad preconizada por Berlín es toda de cara a futuro, mientras que los éxitos de su recuperación radican en los estímulos aplicados hasta ahora ("The real story", International Herald Tribune, 4/5 septiembre, 2010).

Sin embargo es en la propia tierra de Keynes, el Reino Unido, donde la austeridad fiscal es llevada al paroxismo: medio millón de empleos públicos por cortarse y millones de personas que verán reducir sus salarios. Lo irónico es que detrás de todo esto se encuentra la prioridad que se sigue dando a lo financiero, gran causante de la crisis económica. La austeridad es vista como la medicina amarga que permitirá recuperar la confianza de los inversionistas en los propios bonos públicos. O como decía Sarkozy: "Francia no puede perder su categoría AAA".

 [email protected]

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios