Contraataque: A propósito de la factura médica

Preparen la cartera que vamos a jugar a los médicos. Pongan en la cesta una operación de cataratas y saquen 1400 euros del cajero; si hablamos de una hernia y no estamos en rebajas nos lo dejan en 1100 eurazos;  tenemos  cosas más asequibles, oiga,  como una prueba de resistencia cardiaca por ¡sólo! 120 euros.  Los responsables sanitarios han decidido entregarnos una “factura informativa” cada vez que vamos al médico, pero tranquilos todos que es de broma y para concienciarnos. En España la entrega al usuario del dichoso papelito ha empezado por Andalucía, aunque  se va a extender por todo el territorio.   Los políticos se empeñan en recordarnos que la sanidad no es gratis, pero ya lo sabíamos. Lo vemos  todos los meses cuando recibimos en papel  el descuento que le quitan a nuestro bruto nominal. Que la sanidad sea universal y una de las mejores cosas de las que disfrutamos en este estado del bienestar  no significa que sea gratis. Andan los del despacho empeñados en subrayar que la sanidad cuesta mucho. Lancémonos al contraataque; presentemos a los gestores de la cosa pública nuestra factura, ésta de verdad. Llevémosles en papel lo que nos cuesta el médico de la privada cuando no hemos podido aguantar más el dolor y decidimos que tres meses de espera  para- por ejemplo-  una consulta con un traumatólogo,  no hay quien lo aguante. Y ya por hablar, de paso lo podemos hacer sobre las intervenciones quirúrgicas que, con mucho esfuerzo, se tienen que pagar los que han tirado la toalla y perdida la esperanza   ¿Cuánto cuesta la paciencia?  ¿Y la rabia de estar cotizando toda la vida para que cuando necesitas “tirar” de sanidad pública  te coma la espera? La sanidad no es gratis, la pagamos nosotros.

Bien está recordar que el médico de familia no puede soportar que cada dos días vayamos a verle porque nos aburrimos en casa, o que las urgencias estén para eso, y no para colar por la puerta de atrás nuestro dolor de muelas y saltarnos la fila. De acuerdo,  pero ¿quién va por vicio  a que le miren por dentro cuando hay dolor de verdad? ¿A quién le apetece ir de médicos? Estamos concienciados, sí, pero no nos traten como tontos.

José Manuel Negro. Periodista.