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Colócanos, colócanos, ay, por tu madre, colócanos

Colócanos, colócanos, ay, por tu madre, colócanos

sábado 06 de noviembre de 2010, 09:55h
Lo cantaba el añorado Carlos Cano al inicio de la democracia en sus Murgas de Emilio el Moro. Decía aquello de "me han dicho que han puesto en Madrid un despacho de mucho postín. Colócanos, colócanos, ay, por tu madre, colócanos. Colócanos, colócanos, ay, Piti, colócanos". Era la época de Felipe González, del "pelotazo" y del referéndum de la OTAN. Vamos hace una hartá de años. Bueno, pues a lo que iba, que ahora, con Rodríguez Zapatero estamos en las mismas. Estos muchachos del PSOE ven que se les acaba el chollo y vuelven a cantar la murga del "colócanos, colócanos, ay, por tu madre, colócanos" antes de que lleguen las elecciones y se vean de patitas en la calle, que no están las cosas como para engrosar más aún las ya abultadas colas del paro. Ya han visto lo que ha pasado con la ex vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vogue, perdón, de la Vega, que la han colocado como miembro permanente del Consejo de Estado y eso que tenía asegurada su pensión vitalicia por haber sido durante varios años un destacado miembro (perdón, miembra) del Ejecutivo.

El caso es que en todas partes cuecen habas y, por aquí abajo, no íbamos a ser menos. Griñán llamadme Pepe ha comenzado a hacer el trile con sus candidatos a las Alcaldías. Como sabe positivamente que es casi seguro que en siete de las ocho capitales, cuando no en las ocho, no gobernarán los suyos tras las elecciones municipales del año próximo, ya está buscándole sitio a aquellos a los que les ha pedido el sacrificio de encabezar las listas con el fin de que no se queden "tirados" después del 29 de mayo. El ejemplo más paradigmático es el del candidato a la Alcaldía de Sevilla, Juan Espadas. Espadas, que se ha visto forzado a meterse en un fregado que no se esperaba, tuvo que dejar la Consejeria de Vivienda y Ordenación del Territorio (desaparecida en la última remodelación de Griñán) y se quedó en el paro. Y un año en el paro es mucho tiempo, sobre todo para alguien del PSOE acostumbrado, como dice María Teresa, a "trabajar por el bien de España y el bienestar de los españoles", así que había que buscarle una buena colocación. Se barajó, incluso, nombrarle delegado del Gobierno en Andalucía, con chófer y despacho en plena Plaza de España, pero vieron que el puesto, cargado de actos protocolarios en toda Andalucía, no era el más idóneo para un candidato cuyo principal handicap estaba en el absoluto desconocimiento que los sevillanos tenían (y siguen teniendo) de él. Así que se han buscado una solución idónea. Se cepillaron de la noche a la mañana al pobre de Juan José López Garzón (quien se enteró de su cese por los periódicos y tuvo que incorporarse deprisa y corriendo a su puesto en la Universidad Hispalense) quien era más de la cuerda de Chaves y Zarrías que de la de Griñán, y pusieron de delegado del Gobierno a otro ex consejero, el antecesor de la actual ministra, Rosa Aguilar, en Obras Públicas, Luis García Garrido, quien tuvo que dejar vacante su puesto de senador por la Comunidad Autónoma. Y ¿a qué no saben a quien le han dado el puesto de García Garrido en el Senado? Efectivamente, a Juan Espadas. El trile ya está hecho y si Espadas, tal y como prevén todas las encuestas, pierde las elecciones en mayo o no saca los suficientes concejales como para volver a gobernar con la Izquierda Unida de Rodrigo Torrijos (sí, efectivamente, el concejal de las grandes mariscadas y de Mercasevilla) pues ya tiene dónde agarrarse. Tirado no se va a quedar el hombre, pobrecito mío. Faltaría más ¿verdad Pepe?

Total, que aquí hasta el más tonto hace relojes, y encima le funcionan. Mi duda es si habrá puestos suficientes en toda España para colocar a tantos paniaguados que se pueden quedar en paro como el PSOE pierda las elecciones generales y autonómicas del 2012. Y es que tras casi treinta años de Gobierno sociaista ininterrumpido en Andalucía, son la tira. A lo mejor los vemos a todos ellos cantando lo de "colócanos, colócanos, ay, Mariano (Javier, en Andalucía), colócanos". Cosas más extrañas se han visto en política.


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