lunes 15 de noviembre de 2010, 17:44h
Anda que empezamos bien. La campaña catalana no ha hecho más que iniciarse y ya somos los andaluces los protagonistas. Los protagonistas, claro, como ejemplo de pueblo insolidario, vago y demás epítetos que los nacionalistas quieran atribuirnos. ¡Qué nivel, Maribel! Ya se sabe que estos muchachos de ERC son muy dados a sacarle defectos a todo aquel que no sea catalán de pura cepa, pero digo yo que podrían haberse fijado en sus oponentes políticos, por ejemplo en el muy honorable president de la Generalitat y candidato del PSC-PSOE, Josep Montilla, para darle caña por aquello de haber nacido en la localidad cordobesa de Iznajar y no en su Sant Joan Despí donde se formó políticamente. Es lo que les pasa a todo los nacionalistas, que acaban confundiendo el tocino con la velocidad. Decía Albert Camus aquello de "amo demasiado a mi país para ser nacionalista", y apostillaba Camilo José Cela que "el nacionalismo se cura viajando". La frase de la semana en boca de este muchacho de ERC no merece comentario alguno. Se descalifica por sí sóla y descalifica al personaje en cuestión por gilipollas y, sobre todo, por engañabobos mentiroso. Así que lo único que habría que decirle al tal Joan Puigcercós que, si cree que lo que ha dicho tiene algún viso de realidad, lo mejor que puede hacer es no ser tonto, hacer la maleta y venirse a vivir a Andalucía, donde, efectivamente, Dios no paga impuestos, pero a los demás nos crujen como a todo hijo de vecino. Eso sí, buena parte del millón de parados que tenemos aquí abajo no pagan impuestos ni pueden pagarlos porque no tienen ni para comer. A lo mejor Puigcercós se refería a ellos cuando decía que aquí no paga ni Dios.
De todas formas lo que más me duele de toda esta polémica es el manido estereotipo que ha hecho fortuna en el Estado, el falso tópico del "andaluz fulero" según el cual los andaluces seguimos siendo para buena parte de los españoles unos vagos, unos aprovechados y unos tramposos que vivimos de la fiesta, del cuento, del PER y de las subvenciones. Por más que queramos combatirlo, por más que luchemos y demostremos la falacia de dicho aserto, el "sambenito" ha hecho fortuna en el inconsciente colectivo y resurge de vez en cuendo en boca de cualquier descerebrado. Y vuelta a empezar. Hombre, lo qu sí resulta curioso en este caso concreto es que lo diga un catalán de Ripoll que, para más inri es presidente de Esquerra Republicana de Cataluña. Puigcercós, que en su momento estudió Filosofía y Letras y Ciencias Políticas, parece que no aprevechó bien su tiempo en la Universidad Autónoma de Barcelona porque tiene un desconocimiento supino de quién ha colaborado con su esfuerzo y su trabajo en la construcción de su actual "país". Nada más y nada menos que más de un millón de andaluces que en las décadas de los cincuenta y sesenta del pasado siglo se vieron obligados a emigrar a Cataluña como mano de obra barata y afincaron sus raices y sus familias a lo largo y ancho de esta comunidad. No sé qué cantidad de estos emigrantes votará a ERC, pero yo que Puigcercós me tentaría la ropa porque puede que muchos de los que apoyaron en su momento a Carod Rovira decidan el día 28 quedarse en casa o darle el voto a CiU. Ten cuidado, nen que, como decimos por aqui abajo, "con las cosas de comer no se juega".
En fin, que más vale olvidar las sandeces que dicen los políticos impresentables y no hacerle mucho caso ni a éste ni a Montilla ni a Mas. Dado el nivel de la actual campaña catalana, me da a mí que en Andalucía lo que diga Puigcercós o su querida madre "nos la trae bastante al fresco".