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'Peregrinos por el museo'

Los museos de Castilla y León acercan el Camino de Santiago a los niños

miércoles 17 de noviembre de 2010, 12:53h


Los talleres educativos ‘Peregrinos por el Museo’, destinados al público infantil, tratan de acercar a los más pequeños la historia del Camino de Santiago de una forma atractiva y amena, de forma que ellos mismos se convierten en protagonistas y realizan la Ruta Jacobea, en este caso dentro de las instalaciones del Museo de Valladolid, concretamente en el vergel del Palacio de Fabio Nelli.

Cerca de 6.000 personas, sobre todo niños, han participado a lo largo de todo el año en los talleres y actividades incluidos dentro del Programa Jacobeo. “Desde los nueve museos provinciales se enseña el Camino de Santiago a los niños de una manera práctica con todos los puntos geográficos y culturales de los hitos patrimoniales”, informó hoy la directora general de Promoción e Instituciones Culturales, Luisa Herrero.

Este Año Jacobeo, la Junta de Castilla y León ha decidido “incidir en el Camino de Santiago por la integración de la Comunidad, pueblos, comarcas y provincias, abordando la transmisión cultural y de las tradiciones”, matizó Herrero, durante una visita a los talleres del Museo de Valladolid.

Por su parte, la directora del centro, Eloisa Wattenberg, hizo hincapié en que “los niños se acercan de una forma divertida al Camino de Santiago en su ruta histórica del Camino Francés como parte esencial del patrimonio de Castilla y León”.

La educadora Silvia Ávila comentó que los talleres de peregrinos van dirigidos a niños de entre cinco y doce años divididos en dos días diferentes y con dos grupos de edades, los martes los pequeños de cinco a siete años y los miércoles los niños de ocho a doce años, desde las 11 hasta la 13 horas. Las actividades que realizan en todos ellos están basadas en la misma temática pero difieren en cuanto a conceptos y contenidos. “Los niños repiten, los tenemos que pasar de grupo de edad”, resaltó la educadora.

Los talleres consisten en el recorrido de la Ruta Jacobea dentro el Museo de Valladolid a través de seis etapas, cada una de ellas acompañada por una imagen característica y un personaje (un peregrino, un juglar, un sacerdote, un hospitalero, un caballero templario y un mercader), que ofrece la información necesaria para acabar en la meta de Santiago de Compostela tras pasar por las localidades de Roncesvalles (Navarra), Santo Domingo de la Calzada (La Rioja), Burgos, Frómista (Palencia) y León.

“En las etapas aprenden cosas del Camino y las características mas importantes de ese lugar, y además superan una prueba que les permite conseguir información sobre un peregrino misterioso con el que trabajarán al final”, explicó Silvia Ávila. “En cada prueba logran un sello, que para los niños es como un triunfo”, apostilló.

Pruebas del Camino

Mediante el uso de paneles con imágenes e información, los pequeños comienzan su Camino. La primera etapa es Roncesvalles, donde la imagen de un peregrino del siglo XVIII les ayuda a comprender el por qué de su indumentaria, haciendo hincapié en el significado de la concha, la calabaza y el bastón. Superada la primera prueba de orientación, se les entrega la credencial del peregrino, donde irán acumulando los sellos de cada parada y de la indumentaria necesaria.

En la segunda etapa, en Santo Domingo de la Calzada, un juglar les explica mediante un juego de adivinanzas la función que tienen los albergues. Los participantes llegan luego a Burgos, donde el abad les cuenta la historia de la Catedral y la 'leyenda del papamoscas'. En este caso, la prueba que tienen que superar consiste en la elaboración de un albergue en papel mediante papiroflexia.

La cuarta etapa les traslada a los municipios palentinos de Carrión de los Condes, Villalcázar de Sirga y Frómista. Allí, los caballeros templarios son los encargados de explicar la función que tuvo en la Edad Media la Orden del Temple como guardián del Camino frente a los peligros que acechaban a los peregrinos.

A continuación, León recibe a los participantes con la imagen de un comerciante que les explica la simbología oculta de los frescos de la cripta de San Isidoro. Para conseguir el último de los sellos que les acredita como romeros, los niños deben adivinar qué estación del año representa cada imagen y la actividad agrícola del personaje.

En la sexta y última etapa, ya entrando en Santiago de Compostela, los participantes recrean su experiencia como peregrinos mediante el dibujo sobre un tótem revestido de papel. En este lugar, deben utilizar su creatividad para descibir las sensaciones vividas a los largo de las dos horas de actividad.

Los padres pueden inscribir a sus hijos vía Internet, mediante una llamada telefónica al Museo de Valladolid o directamente en el propio centro.
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